Me equivoqué

El día siguiente de las internas partidarias escribí que con el resultado de las internas coloradas terminaba el período real de poder del presidente Cartes por la derrota de su candidato, Santiago Peña, y que no tenía posibilidad de recuperarse con más razón si en las elecciones de abril ganara el partido Colorado.

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Debo admitir que me equivoqué.

La experiencia con relación al ejercicio del poder en el partido Colorado dice que luego de la elección del candidato presidencial de esta agrupación política, si el presidente en ejercicio es del mismo partido, este pierde el control y el ganador de las internas gobierna desde la sombra, al punto que el presidente nada hace sin consultar con el candidato.

En este caso ocurrió absolutamente lo contrario. El ganador de las internas coloradas Mario Abdo Benítez, se sometió totalmente al perdedor de las internas, Horacio Cartes. En vez de recibir las felicitaciones del presidente por su triunfo, Marito fue a la residencia presidencial donde aceptó las condiciones en que debe desarrollarse la campaña electoral.

Cartes impuso en la interna de su partido el dilema de hierro: el que está en contra de Santi Peña (su candidato derrotado) está contra mi. Perdió, pero al día siguiente ya impuso otro dilema: el que rechaza la unidad está en contra del partido Colorado. Con este eslogan hizo borrar de la mente de todos sus adversarios internos las críticas, cuestionamientos y ataques a su gobierno, además de las posturas parlamentarias de los referentes de movimientos contrarios.

Resultado de esta estrategia es el cambio radical en la conducta, la postura y el discurso de Marito. Para él ahora Cartes dejó de ser un peligro para la patria y se convirtió en una persona irresistible para el abrazo; Sandra Quiñónez ahora es la persona ideal para el Ministerio Público y no quien tuvo un proceso irregular de selección. Inclusive celebra la elocuencia de los oradores de campaña que reivindican al stronismo y permanece callado cuando una seccionalera despide a un técnico de la ANDE y cosas por el estilo.

Me equivoqué no solo en vaticinar que terminó el poder cartista con el triunfo de Marito y la derrota de Cartes sino en no advertir que a pesar de haber fracasado, Cartes continuaría mandando en el cartismo, en Añetete y en parte de la oposición, en Diputados y en Senadores. Para mi consuelo, conmigo se equivocó la gente del Partido Colorado que tratando de poner freno a HC votaron a Marito.

ebritez@abc.com.py

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