Milagros del Papa

Viene el papa Francisco y la gente espera milagros para la solución de los problemas y calamidades que ocurren en nuestro país. En realidad la visita del Santo Padre abre esperanzas al pueblo paraguayo.

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Sin embargo, Su Santidad viene a dar su mensaje apostólico a la feligresía paraguaya. La solución de los problemas está en manos de las autoridades y de la ciudadanía, y para que eso ocurra los responsables de cada comunidad y departamento deben reaccionar y cumplir sus obligaciones.

Ni el Papa ni los obispos del Paraguay tienen una “varita mágica” para solucionar los problemas de inseguridad, corrupción institucional, robos, narcopolítica, coimas, baches y rutas en malas condiciones; prostitución infantil, alcoholismo, basuras y contaminación ambiental. Sin olvidarnos del desorden en el tránsito, el mal uso de los fondos de royalties y Fonacide y de la necesidad de mayor compromiso social para el desarrollo.

El papa Francisco tratará de poner las cosas en su lugar, dentro de la Iglesia Católica, a fin de superar las miserias humanas. Serán oportunas sus orientaciones de apertura, tolerancia, compresión y amor al prójimo; la iglesia en todos los tiempos tuvo serios enredos por culpa de la intolerancia.

El desarrollo humano debe ir aparejado con el crecimiento cristiano, lo que significa superar tanta hipocresía, orgullo barato, egoísmo y discriminaciones que impiden el desarrollo de la persona humana.

Con la visita del papa Francisco se renuevan las esperanzas. Pero si el pensamiento sigue torcido, si las autoridades no toman conciencia y no ven sus errores, y si la gente no reacciona, el “carnaval” seguirá.

Los responsables de la conducción del país y de cada localidad deben asumir sus compromisos y cumplir con sus deberes. Así se dejará atrás el clientelismo político y el prebendarismo, que fomentan la actitud mendicante, la dependencia y, lo más grave, el atraso de las comunidades.

rmontiel@abc.com.py

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