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Si la sociedad paraguaya hubiera evolucionado para bien, como todos esperábamos, y las instituciones fueran manejadas por personas decentes y no por mafiosos, Santiago Leguizamón, Pablo Medina y otros mártires del periodismo podrían seguir siendo útiles a sus familias y a la Patria. Los narcopolíticos y sicarios estarían tras las rejas de una cárcel de máxima seguridad.
En el Día del Periodista queremos pedir a los que ostentan el poder de la República un Nuevo Rumbo de patriotismo. Es hora de acciones concretas que desarticulen la trama maléfica que tiene sus ramificaciones en los tres poderes del Estado y que hoy amenaza con hacer desaparecer a todos los que desafían a las organizaciones mafiosas.
Los máximos dirigentes del país deben utilizar toda su influencia y resto de integridad para evitar que políticos conocidos por su apego a la delincuencia sean postulados en las próximas elecciones. En el Ñeembucú y el resto del país, varios “Neneco Acosta” vinculados a la mafia regional pretenden acceder al poder comunal.
En el Día del Periodista renovamos nuestro compromiso con un país mejor y hacemos nuestros los pensamientos del gran poeta Carlos Miguel Jiménez. Nos merecemos ser parte de una “patria sin murallas para el pensamiento. Libre como el viento, sin miedo a metrallas. Un Paraguay donde el bien impere sin sangre ni luto, bajo el impoluto manto tricolor”.
clide.martinez@abc.com.py