¿Quién protege a los niños de sus maestros?

SALAMANCA. A pesar de una prohibición del Tribunal Constitucional, los independentistas catalanes resolvieron realizar el pasado 1 de octubre un referéndum para decidir la separación de Cataluña del resto de España. Debido a este acto de desobediencia al tribunal, se dispuso que actuara la Guardia Civil y los Mossos d’ Esquadra (policía autonómica de Cataluña) para impedir el acto. Se produjeron desbordes, enfrentamientos y, ante la impasibilidad de los Mossos, la Guardia Civil cargó contra los independentistas y repartió cachiporrazos a diestra y siniestra. Craso error, porque les hicieron el juego victimista a los independientes.

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Para hacer corta la historia, maestros de un colegio cercano al cuartel de la Guardia Civil, al que van sus hijos, no encontraron mejor idea que descargar su frustración sobre los niños, afeándoles delante de sus compañeros y denigrando a sus padres.

Los niños, apoyados por sus padres, denunciaron a sus maestros por esta actitud discriminatoria. El Código Penal español, que rige desde 1995, establece que es pasible de sanción quien fomente el odio, la violencia o la humillación contra alguien por su identidad, ideología o conexiones familiares. Aun más: si este delito se comete contra adolescentes de entre 12 y 17 años, es doblemente grave, “porque atenta contra los derechos de los menores”, especialmente vulnerables.

A mediados de esta semana, el diario “El País” de Madrid editorializó sobre el tema, refiriéndose a los nueve profesores del colegio San Andreu de la Barca que son investigados por un tribunal a raíz de las denuncias hechas por los alumnos afectados por sus insultos. “Los docentes –dice la nota editorial– acosaron a los chavales, según el testimonio de estos antes el Ministerio Público, acusando a sus padres de ‘animales y bestias que solo saben dar palos’; les intentaron avergonzar increpándoles sobre si estaban satisfechos de la actuación de sus progenitores la jornada anterior y les conminaron a bajar al patio y dar gritos en defensa de la república”.

Todos los nacionalismos, no importa si son de izquierdas o derechas, son iguales, pues terminan desembocando en la intolerancia, el odio al otro y el desprecio a quienes no comparten sus ideas.

Hasta aquí, el tema relacionado con España, concretamente con Cataluña, que vive sin gobierno desde el pasado mes de diciembre, bloqueada toda posibilidad de poder formarlo a causa de las diferencias entre los diversos grupos independentistas. Viendo este episodio y la seriedad con que se lo toman los propios jueces catalanes, me planteo quién se encarga de proteger a nuestros niños y jóvenes de sus propios maestros.

Durante la última campaña electoral hemos visto al mismo ministro de Educación abandonar su despacho para ir a participar de actos partidarios. Incluso reunió a las supervisoras a su cargo para instarles a que votaran por el movimiento al cual él pertenecía.

Lastimosamente, nuestros legisladores, echando mano a pretextos absurdos, no han sido capaces hasta el momento de abordar el tema de la exclusión y el marginamiento. También el hecho de ideologizar a los alumnos en clase, porque esto, evidentemente, va en contra de los mandamases de turno. Total, son niños y no saben muy bien lo que hacen.

jesus.ruiznestosa@gmail.com

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