Se abre un nuevo periodo

Respondiendo a afectos personales, pero también apretado por las circunstancias, el presidente Horacio Cartes finalmente renunció a un segundo mandato presidencial. La decisión sorprendió a todos sus aliados políticos, incluidos los senadores que a finales del mes pasado aprobaron la enmienda para habilitar la reelección.

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Una desencajada Lilian Samaniego minutos después de la renuncia de Cartes salió a sostener que la enmienda seguía, pero ya todos sabían que aquello apenas era una declaración formal. La Cámara de Diputados recibió el mensaje y en unos días más terminará enterrando la iniciativa de los senadores.

A partir de ahora se abre un nuevo ciclo para todos los actores políticos. Tendrán que hacer ajustes y reconfigurar todo para encarar las elecciones presidenciales del próximo año.

El que tendrá mayores problemas será el PLRA, que está partido en dos. Las profundas diferencias que en los últimos meses se fueron generando entre el sector que responde a Blas Llano y el grupo que está con Efraín Alegre no parece tener una solución simple. La caza de brujas que inició y profundizó Alegre desde su llegada a la presidencia del partido generó diferencias que amenazan con persistir aún después de las internas partidarias donde se definirán las candidaturas. Eso podría debilitar profundamente la posición del candidato liberal.

La cuestión interna incluso podría ser el lado más amable de los problemas del PLRA. Si pudieran finalmente resolver aceptablemente sus diferencias internas todavía quedará definir la candidatura presidencial para el 2018 con los sectores de la oposición. 

Los liberales necesitan cerrar un acuerdo relativamente amplio para poder pensar en ganar las elecciones. En su última convención las autoridades partidarias resolvieron que cualquier alianza estaba supeditada a que la candidatura presidencial sea para un liberal. Esa era la manera en que Alegre aseguraba mínimamente sus aspiraciones presidenciales. Sin embargo, hará falta mucho más que una declaración de intenciones para ganar los comicios del próximo año. 

Una pieza importante en ese entramado será el senador Fernando Lugo, quien hasta ahora sigue sin dar definiciones sobre su futuro político. Su entorno más cercano asegura que irá por la presidencia de la República, pero realmente todo quedará en manos de la Corte Suprema de Justicia.

En el Partido Colorado todo indica que las diferencias se resolverán en las internas partidarias. Si el proceso es transparente y no genera dudas, todo estará resuelto. Los colorados, si bien tienen diferencias, no son tan profundas como para hacerlas irreconciliables.

El problema mayor en el sector colorado lo tiene el oficialismo. Sin Cartes como candidato deben empezar a buscar una nueva figura y, lo que es peor, la decisión debe tomarse cuanto antes.

Falta menos de un año para las elecciones presidenciales y ese podría ser todo un problema si no logran llegar a un acuerdo por encima de sus intereses grupales. El candidato de Honor Colorado indefectiblemente tendrá que tener una fuerte identificación colorada si pretende ganar las elecciones. No hay tiempo para armar e instalar un candidato. Uno que no tenga raíz colorada difícilmente pueda superar las internas.

El que parece mejor perfilado para ser el candidato oficialista es el vicepresidente Juan Afara, pero el entorno técnico del presidente Cartes y algunos dirigentes con buena llegada lo rechazan. Aconsejan traer una nueva figura más identificada por fuera del Partido Colorado. Sostienen que las internas se ganan con la estructura y que en las nacionales se necesita atraer votos independientes. Esta discusión deberá definirse como mucho en los próximos treinta días. Más allá de eso podría ser muy tarde.

ogomez@abc.com.py

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