Se le soltó la cadena

Pasó una semana políticamente interesante pero al mismo tiempo bastante triste. El equipo periodístico de investigación en 360 de ABC se encargó de amargarnos desde el lunes con la publicación de uno de los fatazos del “Nuevo Rumbo”: el despojo al Estado paraguayo del inmueble más valioso que tiene Ciudad del Este. Quieren ceder a los “amigos” la zona primaria por más de 30 años para explotar un hotel casino.

Cargando...

A esto se suma la destrucción de un bosque del Paraná Country Club de 17,8 hectáreas para que un empresario “hermano” del presidente Horacio Cartes pueda ejecutar en el futuro un proyecto inmobiliario.

Ese mismo lunes el locutor y animador Rubén Rodríguez confirmaba su precandidatura a la gobernación del departamento Central por el cartismo, luego de una reunión con el jefe de Estado. Tres días después, después de una artillería de críticas de distintos colores, decide renunciar.

Desde el punto de vista político la candidatura de Rubén tiene mucha lógica. Central es un feudo liberal y el cartismo busca romper esa hegemonía con un candidato fuerte. ¿Quién podría ser? ¿Un político de “raza” o un mediático? Cartes optó por este último porque los electores de este populoso departamento (más de 1.159.000 que equivale a 19 diputados) están en permanente contacto con los medios de comunicación: escuchan, leen y ven los múltiples casos de corrupción de los políticos. Ergo: están cansados de esta clase de gente.

En medio de esa coyuntura surge la candidatura de Rubén, pero el sector oficialista no contaba con un detalle muy importante: su falta de militancia a diferencia del intendente de Asunción Mario Ferreiro.

Ni bien declaró que el Presidente le iba a financiar su campaña, ya le recordaron que estaría violando los códigos Electoral y Penal, con lo cual la amplia sonrisa diaria de locutor se iba convirtiendo en una pesadilla.

Un detalle no menor es que Rubén reveló que es un candidato impuesto por Cartes sin que “la gente decida”, lo que significó también una bofetada a las bases coloradas.

Obviamente pocos colorados -para no decir nadie- se animan a cuestionarle públicamente al jefe de Estado porque una opinión contraria a un superior puede tener consecuencias inimaginables aunque ciertos seccionaleros tengan la razón.

De todos modos, parecía que la elección de Rubén representaba un reconocimiento a un hombre que proviene del mundo de la comunicación y de paso a todos nosotros. Pero lamentablemente no fue así. La triste amenaza de Cartes el viernes pasado en Ciudad del Este contra los colegas Óscar Acosta y Menchi Barriocanal revelan de cuerpo entero la conducta del actual Presidente de la República.

Por un lado pide unidad, pero con la otra mano sostiene el “garrote” para quienes se oponen a sus ambiciosos proyectos de copamiento del Estado.

Hoy puede ser una anécdota, pero como dice el recordado humorista argentino Javier Portales: “Mirá que muchos comenzaron así”.

La amenaza de cárcel a Óscar y a Menchi es definitivamente una amenaza al gremio que se opone a estos planes totalitarios, que creíamos que ya fueron enterrados con la caída del dictador Stroessner.

Lo único que falta es que aparezca de nuevo “La voz del coloradismo”, que era un espacio de media hora que se emitía desde las 20:00 en casi todas las emisoras de radio -a excepción de Cáritas de la Iglesia Católica. En ese espacio se procedía a un ataque sin compasión contra los opositores al régimen -sean políticos, periodistas, religiosos, etc.-, y se percibía perfectamente que al dictador y a sus seguidores se le soltaba la cadena... con mucha frecuencia.

pguerrero@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...