Sumando fracasos

Los inmigrantes han vuelto a ocupar la atención, de manera muy especial, de quienes piensan que “el otro” es siempre un ser indeseable y que provienen de países que están muy por atrás del nuestro. Su presencia (de los inmigrantes) pondría en peligro, entre otras cosas, la seguridad y, también, el nivel de “cultura” que hemos logrado.

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Esta actitud de xenofobia (el odio al otro) acaba de recibir un baldazo de agua fría con el Informe Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa) en el que participaron estudiantes compatriotas.

En el proceso de evaluación tomaron parte alrededor de 37.000 estudiantes, que representan alrededor de un millón de estudiantes de 15 años (del séptimo grado al noveno) en las escuelas de Camboya, Ecuador, Guatemala, Honduras, Senegal, Zambia y nuestro país. Así como aplaudimos los logros conquistados en competencias deportivas de las que los chicos vuelven con el cuello torcido de tantas medallas que llevan colgando, en el caso del nivel de educación académica tendríamos que morirnos de la vergüenza.

En la competencia de matemáticas, nuestro país quedó entre los tres últimos y solo el 8% logró la puntuación mínima. Si queda oscuro este dato, significa que de cien alumnos, nada más que ocho pasaron el examen correspondiente con la nota mínima. Los 72 restantes se aplazaron. ¡Qué logro para nuestro sistema educativo!

Entre los países evaluados: Guatemala logró un 10,6%, Honduras 15,4% y Ecuador 29,1%, que fueron los mejores evaluados. Los últimos puestos fueron: Camboya con 9.9%, Senegal con 7,7% y Zambia, con el porcentaje más bajo de solo 2,3%. Nuestro país consiguió un honroso tercer puesto... pero comenzando a contar desde atrás. Un hecho que siempre me ha llamado la atención es la forma en que regiones, por no hablar solo de países, que han sufrido conflictos apocalípticos hace muy poco tiempo, actualmente son modelo de producción y con un alto nivel económico de la población. Este es el caso de Camboya, cuyos estudiantes lograron mejores resultados que los nuestros, que no han sufrido ningún tipo de conflicto bélico, mientras que Camboya conoció la dictadura de los jemeres rojos entre 1975 y 1979, es decir, hace unos cuarenta años, época que una política demencial provocó la muerte violenta de la cuarta parte de su población. Se calcula que los jemeres mataron casi tres millones de personas. ¿Hay algún sociólogo, economista, filósofo, pedagogo, que pueda explicar racionalmente este hecho?

Pero no solo nos hemos “lucido” en el manejo de las operaciones básicas de matemáticas, sino también en la comprensión lectora, ya que alcanzamos un porcentaje del 32,2% mientras que el último fue Zambia con un 5%. También hubo problemas con el idioma, ya que el 41% de los evaluados informaron que no hablan en el hogar (el español), la lengua de instrucción.

Es decepcionante el dato que el Ministerio de Educación de nuestro país utiliza el 85% de su presupuesto en pagar salarios y solo el 7% se destina a calidad educativa. Así las cosas no debe extrañarnos que los resultados sean tan desastrosos. Mientras tanto, el ministerio se llena de planilleros y presidentes de seccionales partidarias y cobran un sueldo nada más que como una “ayuda” que les da el partido a cambio de lealtad.

jesus.ruiznestosa@gmail.com

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