Con marcha exigen libertad de presos por la masacre

Más de 300 personas, entre religiosos, simpatizantes de la izquierda y familiares de campesinos presos por la masacre en Curuguaty marcharon anoche desde la explanada de la Catedral de Asunción hasta el Hospital Militar, para exigir la liberación de los cinco labriegos en huelga de hambre.

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Antes de que se iniciara la marcha se celebró un oficio religioso frente a la Catedral. Luego comenzó la caminata por la calle Palma y otras arterias, hasta llegar al Hospital Militar.

Con velas y antorchas en las manos, pancartas y cánticos, los participantes del evento exigieron la liberación de los cinco presos que están en huelga de hambre hace 55 días, internados en el citado centro asistencial.

Los religiosos nuevamente efectuaron rezos. La marcha culminó con palabras de algunos referentes como el pa’i Francisco de Paula Oliva, la madre de uno de los huelguistas, entre otros.

Néstor Castro, Rubén Villalba, Felipe Balmori, Adalberto Castro y Arnaldo Quintana guardan prisión preventiva en la cárcel de Tacumbú, a la espera de un juicio oral y público. Están actualmente con una huelga de hambre en reclamo de su libertad y por la recuperación de las tierras de Marina Cue, que dicen pertenecer al Estado paraguayo.

El incidente ocurrió el 15 de junio de 2012, que derivó en la muerte de 11 campesinos y seis policías.

Nota de obispos

Los obispos del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, Mons. Lucio Alfert y de San Pedro Apóstol, Mons. Pedro Jubinville, enviaron notas a los miembros del Tribunal de Sentencia de Salto del Guairá en las que exigen la libertad de los campesinos.

Mons. Alfert señaló al respecto de la reclusión de los labriegos y la huelga: “Es gravísima la situación porque se trata de la protección de la vida misma, que está en eminente peligro. El derecho a la vida a nadie se puede negar. Por eso a fin de que sea garantizada la salud de los presos es indispensable la inmediata concesión de la libertad ambulatoria de los procesados recluidos, o en su defecto, la prisión domiciliaria”, expresó el obispo chaqueño.

En otro momento, Alfert recuerda que toda persona, mientras no sea efectivamente comprobada su culpabilidad es inocente. Llevar adelante una “prisión preventiva”, sin que sean dadas las condiciones legales, como en este caso, es un crimen contra la humanidad y contra el estado de derecho. “No son los presos que tienen comprobar su inocencia, sino los fiscales y jueces que tienen que comprobar su culpabilidad, si la hay. Si alguien de ellos en su desesperación por defender sus derechos durante la huelga de hambre perdiese la vida o sea gravemente perjudicado en su salud, siendo en caso inocente, quién de las autoridades asume la culpa de haber permitido o causado este hecho?”, se preguntó.

Finalmente, exhorta en su nota a los miembros del Tribunal la “inmediata libertad de los procesados”.

Por su parte, el obispo Jubinville señala que como obispo no “pretendo de ninguna manera trabar el trabajo de la Justicia, ni inmiscuirme en la tarea propia que les incumbe, simplemente manifestar la preocupación mía y de muchos ciudadanos por la vida de estas personas”. Agrega que por razones humanitarias, morales, evangélicas, dejando a los especialistas los argumentos propiamente legales, “ruego encarecidamente a su honorable Tribunal de conceder su aprobación a este pedido de libertad condicional presentado por la defensa”.

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