Lo que esperamos de Federico Franco

El decálogo que ningún presidente quiere ver ni registrar en su agenda porque posee un fuego voraz y desfollante.

- Avivar y poner en marcha con decisión política la reapertura y el desarrollo del JUICIO SUCESORIO iniciado al tirano Alfredo Stroessner por sus víctimas, acto que se halla “encajonado y bloqueado” fruto de las chicanas jurídicas para que dicho proceso no prospere y se diluya en el tiempo a favor de la clase política genéticamente stronista, incondicional del sistema. Toda la herencia del “fuhrer” es administrada por sus familiares y descendientes. Los distintos magistrados y jueces demuestran su interés en que dicha fortuna amasada con el peculado y el sufrimiento del pueblo, no retorne a manos de las víctimas y del Estado paraguayo, legítimos beneficiarios de la cuantiosa fortuna que se encuentra desperdigada por el extranjero, lejos de los martirizados demandantes que reclaman como antídoto para sellar las cicatrices profundas que el stronismo dejó a su paso. La sucesión es un tema soslayado por la justicia paraguaya y orquestado por los políticos de turno.

- La imperiosa recuperación de las TIERRAS MALHABIDAS, grandes extensiones de fincas manipuladas, repartidas y tituladas discrecionalmente en favor de jerarcas del régimen stronista, entre ellos, militares, políticos, ministros, empresarios, aduaneros, parientes, amigos, capangas y funcionales en general, afines al sistema. Estos “dueños espurios” o los “herederos angelitos” de la tan mentada “reforma agraria” politiquera, deberán reponer (devolver-restituir) todo lo que fuera arrebatado durante el reino del absolutismo y la vigencia impune de la “ley del mbarete”. Cualquier tipo de reforma o innovación, jamás será posible sin la recuperación de aquellas “estancias de la patria” alambradas, cuadriculadas y diseminadas en “manos piratas”. Estas posesiones escamoteadas por los jerarcas de turno, deberán ser el asiento de planificadas y sólidas cooperativas como fuente de unión cívica y vanguardia socio-económica de las diferentes comunidades de la república. Todos los títulos rurales desde el 4-IV-1954 deberán ser revisados y eventualmente, declarados nulos de nulidad insanable. En consecuencia, nadie –en forma privada– podrá poseer más de 500 hectáreas posesionadas, activadas o productivas.

- El rescate de los CAPITALES FUGADOS bajo el régimen dictatorial y después de él con grandes desfalcos. Frondosos caudales de todo tipo y color con alas planeadoras, volaron hacia cuentas secretas y numeradas que se localizan en paraísos fiscales. Esta cuantiosa fortuna adúltera debe ser pescada para su retorno al país en provecho de la gente. Los mecanismos políticos, jurídicos y de inteligencia están a mano, pero todas las “autoridades” carecen de una actitud moral y ética en pro de la patria, se desentienden de esos designios y de la voluntad soberana del pueblo. El tesoro acumulado por los stronistas es inconmensurable, íntegramente fue producto de la delincuencia abierta sin castigo y con licencia absoluta del opresor para que los leales y afines al régimen pudieran enriquecerse a cualquier precio en aquel “estado sin ley”. Así se potenció y engordó a la nueva casta “colorete” que gracias a esas “vitaminas”, sigue manejando los hilos del país como un titiritero y porque los “nacionalistas” siguen durmiendo y jamás aparecieron para accionar como corresponde.

- La restauración y RESTITUCIÓN DE BIENES, organizaciones comerciales o industriales a sus propietarios originales, arrebatados a sus verdaderos dueños o fundadores durante la dictadura ladrona, régimen que a través de personeros y vasallos se fue apropiando de un sinfín de prendas, propiedades, acciones y empresas de personas o ciudadanos perseguidos por el gobierno, mediante atropellos y violaciones protegidas y legalizadas por celadas jurídicas que en todos los casos favorecían a los atracadores.

Muchos de los legítimos forjadores de emprendimientos económicos fueron obligados a “ceder” sus pertenencias en base a aprietes, amenazas, atracos, apaleamientos y en terribles sesiones de torturas físicas y sicológicas sin derecho a reclamo ni resarcimiento. Hoy esos “negocios” están en manos de supuestos honorables “empresarios” que son “modelos” o “ejemplos” de la sociedad bursátil. Sin embargo, en puridad, esos dominios fueron producto del despojo, directa o indirectamente, a sus verdaderos titulares, muchos de ellos formados familiarmente con años de trabajos y sacrificios colectivos de varias generaciones.

- La REPARACIÓN IRRESTRICTA a todas las víctimas del stronismo mediante la implementación inmediata de un apoyo político y los aportes económico-
financieros gubernamentales para la ubicación y desentierro, registro e identificación de todos los paraguayos asesinados por el sistema dictatorial de 35 años y que fueron desaparecidos por la satánica “orden superior” del tirano (más de 500 ejecuciones). Después del ingente y tesonero esfuerzo privado, aparecieron los huesos de 20 cadáveres, gracias a la delación consciente de quienes cumplieron “labores” específicas en aquella tarea de hacer desaparecer los cadáveres de la tortura.

Clandestinos “campos santos” existen a lo largo y ancho de la república y sin el soporte oficial no será posible que se esclarezcan los casos descubiertos, salvo que esa sea la verdadera intención oficialista, que nada emerja a la luz pública, actuando en consecuencia de cómplice y encubridor de aquellos latrocinios consumados.

- La eliminación definitiva de las LISTAS CERRADAS (sábana) para que el pueblo disponga de su soberanía plena (hoy conculcada) y vote libremente por el candidato de su preferencia. La imposición de candidatos a través de una lista elaborada por la partidocracia entre gallos y medianoche, desvirtúa todo el estadio de los votantes/electores. Esta aviesa sustracción de derechos es una desviación protagonizada por una horda política nefasta empotrada en las estructuras del estado y que no tiene otra intención que la de “manejar” a su arbitrio los engranajes de los gobiernos instalados gracias a esta fórmula de claques. Saturado de apología a los “méritos” para instalar la perpetuidad.

- La reducción de HONORARIOS PÚBLICOS de los funcionarios, léase ministros, senadores, diputados, directores, consejeros, etc. Los actuales valores son una burla, una bofetada, una verdadera grosería, un atentado contra la racionalidad y las necesidades paupérrimas de un pueblo que agoniza por sus carencias, limitaciones y todo tipo de restricciones que le son impuestos. El máximo salario oficial de cualquier jerarca nunca deberá sobrepasar de 6 salarios mínimos, encima, deberá obligarse con puntillosidad a ofrecer ejemplos y testimonios de vida austera y honesta. Además de su vocación, espíritu de servicio y patriotismo, sus caracteres siempre deben estar en relación a los méritos y aptitudes de los candidatos para alcanzar el supremo grado de la profesionalidad virtuosa.

- La restricción del conglomerado público, reducción de los FUNCIONARIOS ESTATALES, masa sobredimensionada como resultado del clientelismo político que raquitiza el presupuesto general de la república sin que esta situación permita propósitos y emprendimientos para la república, además de una sana convivencia social. La fórmula del prebendarismo y el nepotismo lacerante son el modelo o medio de reclutamiento de acólitos haraganes y vividores que solo codician vivir colgados con holgura, deglutiendo los frutos del Estado a su entero paladar. Los “politicacos” llenaron de levaduras a la nación, observando con pesar el abultamiento o gigantismo estatal que arrasa cualquier enfoque o intención de orden, planificación, organización y método para una nueva república desarrollada y pujante.

- La INTEGRACIÓN NACIONAL con una consciente opción por el más necesitado y dependiente. Por ahora, no será perentorio ocuparse de “los ricos” (autosuficientes) que ya tienen mucho y abundante para vivir con holgura y con amplias posibilidades de cumplir todas sus expectativas personales y familiares sin obstáculos. Estos son autónomos y con iniciativas, por consiguiente, no precisan de tutelajes de ninguna clase. En contrapartida, la lógica y la conciencia oficial debe operar con determinación por “los pobres”, abarrotados de ingentes limitaciones, sin educación, sin cultura, sin medios y sin acceso a nada que colabore con su evolución y despegue. La decisión, programación y acción concreta a este respecto es de extrema urgencia, el país ya no puede esperar, está en ebullición latente, a un paso de la eclosión social. Los politiqueros que no cierran filas en torno a esta problemática sufrirán las consecuencias en la brevedad, convirtiéndose en un boomerang letal que llevará innecesaria e indefectiblemente a la lucha de clases.

“Y como expusimos, al igual que todos sus antecesores, Federico Franco prometió muchas cosas (difíciles de cumplirlas). Sus proposiciones serán desacatadas, sencillamente porque no dispone de las agallas ni del tesón para llevarlas a cabo. El coraje o la valentía es virtud de los elegidos.

Al respecto, algún iluminado elucubró aquel viejo proverbio: ¡Ya veremos!, dijo el ciego y nunca vio.
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