Los “políticacos” han sometido y humillado a las Fuerzas Armadas

¡Militares eran los de antes! Después de su glorioso pasado en salvaguardar la independencia nacional y la soberanía de la república bajo la consigna de ¡República o Muerte!, el Ejército Paraguayo se ha convertido en una figura decorativa y bufonesca sometido a la voluntad y designios de improvisados y caducos personajes que se apropiaron furtivamente de los hilos del poder con la única intención de succionar infinitamente los néctares de la nación. A estos malandrines, por su naturaleza, los llamamos: “politicacos” (gobernantes rateros), porque se arrogan derechos y extrapoderes para manipular políticamente al verdadero papel de las fuerzas militares.

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Por mucho tiempo, satisfaciendo las apetencias de los opresores, los miembros de las fuerzas armadas cumplieron el papel de verdugos de la ciudadanía, generando apremios e instalando el odio y el revanchismo entre paraguayos. Por eso, la animadversión de la sociedad para con ellos se volvió urticante y radical, ya que su nulo servicio o predisposición social para con el pueblo, rebeló y enervó a la población, volviéndose contra él.

Ya no eran militares, sino paramilitares.

Se agrava aún más cuando se advierte que el ejército está alistado y al servicio de politiquillos que fraguan y diseñan roles ajenos a su historia y naturaleza, respondiendo a intereses mezquinos e impropios de la gente. Así la volvieron inoperativa e inútil.

Sin ninguna reacción

El “juicio político” a Fernando Lugo fue la gota que vino a colmar el vaso en el ambiente político. Hace tiempo que este Parlamento torcido y stronista tenía harta a la población porque se pasaba amenazando al poder ejecutivo, elegido el 20-IV-2008 por la inmensidad popular.

La gente miraba de reojo tanta obcecación e intimidación. Es que este Congreso se halla repleto de “hombres escombro” y encima erigiéndose en “juez y parte” de la ciudadanía. Una mayoría absoluta no le reconoce su autoridad.

Delincuentes confesos, encorbatados y aromáticos, actúan como fiscales y jueces, burlándose del pueblo paraguayo, sabuesos de pacotilla, remachados en los cargos y saturados de soberbia. Es la mafia instalada en los tres poderes del estado.

Enceguecido por sus fueros y poder ilimitado, este parlamento alentó en forma constante e impúdica al caos desestabilizador, incluso contagió a toda la región con profundas divergencias internas y externas en cada país.

El continente está tullido y con muchas escoriaciones. Entonces, ¿Por qué el ejército nacional no restablece el orden interno? ¿Quiénes lo amenazan? ¿De qué tienen temor? ¡Falaces! Solo resta creer en esa invocación de los retirados y veteranos cuando nos afirman con vehemencia: ”Miliko ko’agãgua hevipicha’î kangy... ndoikói” (los actuales militares son gallinas/cobardes/timoratos/pusilánimes/ vacilantes, no funcionan). Claro, es un ejército que arrastra su envilecimiento de más de medio siglo.

En consecuencia, las Fuerzas Armadas, ni son reclutas ni son profesionales, se convirtieron en una asociación híbrida que mantienen en vilo a la sociedad por su fragilidad e inoperancia. Los que aún se consideran con delicadeza, deben meditar y revisar su postura para cambiarla.

Supuesta intromisión

A la hora de la lucha política casera, todos los caminos conducen a la estupidez. Cualquier artilugio se utiliza como “arma política” para justificarse y endilgar algún castigo o persecución. Es lamentable observar cómo los oficiales paraguayos son atosigados y presionados en el banquillo de los acusados, sin presentar reacción alguna. Ambiente contaminado, lleno de dimes y diretes, invadido de chismerío barato.

¡Levántese Coronel! Resista, hasta el hartazgo hablan de la “intromisión en los asuntos internos de la república” por parte de los venezolanos chavistas. ¡Apariencia suposiciones!
Los oficiales paraguayos están siendo manoseados abiertamente, burlados por los “politicacos” (que ven fantasmas por todos lados) y encarnecidos con bravatas arteras y diabólicas, producto de las mentes perversas que escupen intrigas. Son los oportunistas de siempre.

¡Expongamos realidades! Todos los días existen incursiones silenciosas en nuestro territorio. Los brasileños rebasan nuestras fronteras constantemente y atrapan a ciudadanos o policías paraguayos en nuestro suelo y se los llevan. Sus maniobras militares fronterizas son de amedrentamiento a nuestros compatriotas. Los bolivianos irrumpen en la frontera chaqueña y visitan los fortines paraguayos, los argentinos invaden las aguas paraguayas en Yacyretã y atrapan toneladas de pescados, llevándose nuestra cosecha ictícola.

¿Acaso esto no es penetración o injerencia? Ninguna autoridad se pronuncia al respecto, ni gobierno alguno se planta ante tanto descaro, nadie dice nada. Aviones extranjeros violan nuestro espacio aéreo y muchos otros bajan en nuestro territorio con sigilo, vaya a saber con qué propósito. Militares extranjeros, delegaciones enteras, se hallan en territorio nacional en “misiones especiales”. ¿Cómo debemos interpretar todo esto?

Y un “par-lamentable” golpista propone establecer en el chaco paraguayo una base militar norteamericana. Justamente los que nos “obsequiaron” la guerra para hurtarnos una parte sustanciosa de nuestro Chaco. ¡Vaya! Todo el país está ocupado por extranjeros, dueños de nuestras tierras y patrimonios.

Es elocuente que la demencia política se ha enseñoreado. Ven espectros hasta en la sopa. Están llenos de temor y duda, desesperados por tamaña desprolijidad concebida. ¡No se deje endilgar General!... sacúdase de los peleles, precarios y borrachines. El pueblo clama por el valor y la firmeza de la historia? ¡Adelante!

Refundar el ejército

No es poca cosa. ¡Qué tarea nos espera! Los militares se deben mirar por dentro y transformarse, debe zarandear su inoperancia y tomar al toro por las astas, el pueblo ilusionado espera que aflore con bríos ese arrinconado valor patriótico. Como nunca, se precisa de su doctrina, “orden y disciplina”; “organización y método”.

Debemos ingresar a un plano superior, planificar el “tiempo nuevo” para unas fuerzas armadas hidalgas e idealistas. Su misión estratégica debe estar en consonancia con la sociedad durante la paz y en “alerta total” ante su eventual protagonismo en los casos de beligerancia.

Llegó la hora de rediseñar su capacidad en la “actitud operativa” (reacción), de establecer su desplazamiento de “cobertura limítrofe”, de instaurar su maniobrabilidad o “capacidad logística”, de conformar un cuerpo de inteligencia, vital elemento conceptual (clarividencia, sagacidad, lucidez e ingenio), de elaborar la nueva infraestructura cuartelera basada en la incorporación de innovadores pertrechos de alta tecnología, equipamientos de vanguardia, con una visión moderna y altamente cualificada (profesionalismo), y sobre todo, de la conformación de un organismo de reservas aptos con formación y actualización permanente.

El retorno del SMO

¿Quiénes se oponen a este menester? Solo aquellos que violaron la ley y no la cumplieron. ¡Delito y traición a la Patria! El que no hizo el servicio no tiene idea de sus alcances y provechos. El que sí lo hizo venera esta experiencia, aconseja y recomienda pasar por esta etapa crucial de la vida.

Aquellos detractores del SMO solo se dedican a empañar, a desteñir, a embarrar cuantos atributos y a menoscabar sus efectos en la formación de los jóvenes.

La implementación o el restablecimiento del SMO fiscalizado, modalidad estimulante y reguladora de la juventud (ambos sexos), son cruciales en este ciclo. Antes de su derogación, el Servicio Militar Obligatorio cumplió un rol protagónico y estratégico notable, con fines altruistas para los hijos del pueblo que los mentecatos jamás pudieron descifrar y, para colmo, cargados de resentimiento la denigraron triturándola.

Sus consecuencias están a la vista, por las calles de pueblos y ciudades transita una juventud noctámbula e intoxicada, sin rumbo ni objetivos. En el pasado, los “hijos de la república”, recibieron instrucciones durante dos años ininterrumpidos, esa vivencia fue fructífera en orientaciones y ha servido para incentivar el desarrollo del carácter, el impulso de la personalidad y el asiento del “criterio propio” para ser un hombre soberano.

¡Cuántos oficios aprendieron y hoy son el sustento, su medio de vida!
En la actualidad, las FF.AA. ven reducido su cuerpo de reservistas, envejecidos y desactualizados, por ende, incompetentes. Nuevas generaciones perdidas en el submundo, sin profesión ni interés por su patria, con presente lamentable y un futuro incierto y desalentador.

La derogación del SMO fue una torpeza mayúscula de los politiqueros con mediterraneidad intelectual, un grueso error geopolítico que el Paraguay pagará muy caro, pues, cuasi desarticulada carece de posibilidades para una “defensa nacional” activa y efectiva.

¡Todo el país debe alistarse preventivamente! El rol del ejército llevó a muchos ciudadanos a comprender debidamente el concepto de PATRIA y a reverenciarlo con propiedad, entrega y pundonor. Dos antecedentes históricos marcaron para siempre la historia de esta novel república, siendo un legado brillante para las nuevas generaciones, la Guerra de la Triple Alianza y la Guerra del Chaco. Históricamente, el ejército construyó esta nación. A desatar las amarras, ¡Cara de guerra!

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