CITAS & HECHOS

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Jean Jacques Rousseau (1712-1778) Filósofo francés.

“El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas”.

Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés.

“El hombre nace libre, responsable y sin excusas”.

Víctor Hugo (1802-1885) Novelista francés.

“La libertad de amar no es menos sagrada que la libertad de pensar. Lo que hoy se llama adulterio, antaño se llamó herejía”.

Carlos Fuentes (1929-2012) Periodista y escritor mexicano.

“No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres”.

La primera doctora

El 25 de junio de 1678, Elena Lucrezia Cornaro Piscopia conseguía el primer doctorado alcanzado por una mujer en toda la historia. Nacida el 5 de junio de 1646, en Venecia, como muchas damas nobles, recibió una educación excepcional. Y pronto destacó en muchas facetas. A los siete años ya hablaba con fluidez latín, griego, hebreo, español, francés y árabe; y con 17 era una virtuosa de instrumentos, como el arpa o violín.

Consciente de que su talento sería enterrado tras los muros de un hogar en cuanto tuviera edad de casarse, Elena decidió realizar en secreto votos de castidad. Se predisponía así a llevar una vida alejada de los roles tradicionales de las mujeres, y aspiraba con su renuncia a ser respetada por los hombres eruditos y estudiosos.

El primero en reconocer la sabiduría de Elena fue su propio padre, quien no dudó en mandar a su hija a la Universidad de Padua. Allí se volcó en el estudio de matemáticas, gramática, filosofía y teología. Y sus esfuerzos pronto tuvieron frutos.

El 25 de junio de 1678, Elena Cornaro se convirtió en la primera mujer en lograr un doctorado en toda la historia. El merecido honor lo consiguió luego de brindar una hora de discurso acerca de Aristóteles en latín clásico ante una multitudinaria concurrencia. Autoridades universitarias, profesores, estudiantes, senadores, y múltiples asistentes de Padua y otras universidades de Italia se rindieron ante su sabiduría.

Tras doctorarse, dedicó su vida a la enseñanza de matemáticas por varias universidades europeas. Además, del estudio, ingresó a la orden benedictina destinando parte de su tiempo a la caridad. El 26 de julio de 1684, con tan solo 38 años, Elena Cornaro murió de tuberculosis. Cuatro años después su obra se publicaba en Parma. Está enterrada en el monasterio de San Giustina de Padua, tal y como fue su deseo. (*)

(*) Fuentes:

http://www.mujeresenlahistoria.com/

http://proverbia.net

Recopilación:  mpalacios@abc.com.py

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