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No es cosa nueva

Hace unos meses, la ciudad de Villa Rica del Espíritu Santo, capital del Guairá, estuvo en boca de todos por los escándalos políticos que protagonizaban sus dirigentes.

Pero la primicia de esa situación, de administraciones alternas y paralelas no es de la culta… No.

Un lejano antecedente ocurrió en la entonces novel ciudad de Villa Florida, fundada unos cinco años antes de los sucesos que relatamos.

A mediados de julio de 1885, a raíz de desavenencias internas, en aquella ciudad se formaron dos municipalidades, con miembros diferentes y mismas atribuciones.

Algunos meses duró la situación hasta que el Gobierno tomó cartas en el asunto y reencauzó las cosas hacia su normalización.

Fiat lux

El lunes 13 de mayo de 1929 tuvo lugar en la ciudad de Luque un hecho trascendental en las efemérides de dicha localidad: la inauguración de la usina del servicio eléctrico.

El acto contó con la presencia del presidente de la República, doctor José P. Guggiari, y el ministro del Interior, además de un numeroso público llegado de Asunción –en ómnibus que salían cada 15 min– y otras ciudades vecinas.

Disoluciones del Congreso

Si bien la Constitución Nacional de 1870 no contempló en sus articulados la disolución del Congreso por parte del Poder Ejecutivo, este varias veces recurrió a esa determinación.

La primera vez que se disolvió el Congreso fue el 15 de octubre de 1871, por el presidente Cirilo Antonio Rivarola.

Otra ocasión en que fue disuelto el Congreso fue debido al derrocamiento del presidente Benigno Ferreira, cuando el 4 de julio de 1908, Emiliano González Navero asumió la presidencia por primera vez (fue tres veces presidente). También, cuando el 22 de marzo asumió por segunda vez la presidencia provisoria, recurrió a la disolución de las cámaras legislativas.

El presidente provisional Eligio Ayala también disolvió el Congreso al finalizar la revolución de los años 1922-23. Trece años después, cuando el presidente Eusebio Ayala fue derrocado, el nuevo gobierno disolvió nuevamente el Congreso (17/2/1936).

El 16 de febrero de 1940 fue el mismo Congreso que resolvió su autodisolución para dar lugar a la reestructuración constitucional de la República. La Carta Política establecida ese año convirtió el Congreso bicameral en unicameral, que recién se constituyó en 1948.

Este Congreso también conoció de disoluciones, como los realizados por los presidentes Felipe Molas López (5/3/1949) y Alfredo Stroessner (30/5/1959).

La última disolución del Congreso (nuevamente bicameral desde la vigencia de la Constitución de 1967) la realizó el presidente Andrés Rodríguez, el 6 de febrero de 1989.

Tampoco es cosa nueva

A primeras horas del 6 de enero de 1894, el representante de la empresa explotadora del Teatro Nacional –actual Teatro Municipal “Ignacio A. Pane”–, Carlos Granato, desapareció llevándose el sueldo de todos los empleados de la empresa y dinero destinado al pago de algunas deudas.

El monto sustraído fue de 4000 pesos, además de perjuicios a cafés, hoteles, etc. El señor Granato había llegado unos meses antes y se empleó como mozo del Café de la Bolsa.

Curiosamente, al poco tiempo, renunció y apareció como empresario de espectáculos, sin conocerse cómo lo hizo. Bueh… Así como vino, se fue, aunque dejando varios contusos de sus tropelías.

surucua@abc.com.py

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