For export

Las plantas medicinales han sido utilizadas desde la antigüedad en la mayoría de las culturas conocidas. Gracias a sus infinitas propiedades, su uso persiste en favor no solo del bienestar de los pacientes, sino también de los productores, vendedores, industriales y exportadores. En este contexto, la Cámara Paraguaya de Plantas Medicinales (CPPM) se prepara para realizar el primer simposio internacional, mañana y pasado mañana, en el Salón de Eventos del Ministerio de Industria y Comercio.

En la organización del simposio trabajan —además de los integrantes de la Fundación José Cardijn— productores, yerbateras, exportadores e industrias que fabrican esencias de plantas medicinales. “La fundación ayuda a los productores desde hace 18 años. Pero, como nosotros, hay mucha gente que trabaja con plantas medicinales en el Paraguay”, expresa Ernestina Camps, presidenta de la CPPM.

Y es que, justamente, se trata de un rubro muy importante tanto para los pequeños productores como los exportadores. Según Camps, se habla de una cadena que involucra a productores que les venden a las yerbateras, mezclan sus productos con las hierbas medicinales y tienen un producto de calidad, a nivel de las exigencias; por ejemplo, la Comunidad Económica Europea (CEE).

“Las plantas que nosotros vendemos pasan por dos estrictos controles de laboratorio, de manera que se puede mezclar con la yerba y exportarla. Reúnen los requisitos para ingresar en la CEE. En el caso de las yerbateras, cumplen con todos los parámetros de calidad.

Entonces, estamos hablando de mucho dinero”, puntualiza.

Sin embargo, es un rubro muy importante que no cuenta con un código aduanero apropiado para la exportación. Con el que se exportan, actualmente, las plantas medicinales se denomina: “Las demás”. “Por lo tanto, con este simposio, nuestro objetivo es que la Dirección General de Aduanas nos diga qué tenemos que presentar los particulares para que se pueda obtener un nuevo código aduanero”, comenta.

Camps explica que cada cinco años Aduanas organiza una reunión con sus pares para regularizar los códigos en todo el mundo, por lo cual, el gremio necesita conocer los requisitos para que una planta tenga su código aduanero y poder exportar con mayores ganancias, porque sin este factor no tiene precio. “Si lográramos, por lo menos, su ingreso como producto alimenticio, estaríamos ganando un espacio. Sin un código específico es muy difícil que la gente nos pague bien. Hay cooperativas que están exportando desde hace años cedrón, hojas de amba’y y cáscara de naranja”, señala.

Asegura que en este campo hay todavía muchas cosas por hacer, por lo cual llega como invitado al simposio el presidente de la farmacopea europea, el Prof. Dr. Salvador Cañigueral. “Él viene para indicarnos los requisitos que tenemos que presentar para el ingreso con productos de origen vegetal a Europa”, cuenta.

Asimismo, de los paneles participarán, entre otros, la presidenta de la Sociedad Científica del Paraguay, Dra. Antonieta Rojas de Arias; representantes de la UNA, como la Facultad de Ciencias Químicas y Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Cámara Paraguaya de la Stevia, Unión Industrial Paraguaya y del Mercado 4. “También participarán representantes del Centro Yerbatero, porque son los principales compradores de plantas medicinales a nivel nacional, y de los laboratorios, que realizan fitoterapia. Hay laboratorios nacionales que ya han obtenido menciones internacionales por la calidad de sus productos y están exportando. Aquí hay una mina de oro”, resalta.

Afirma que en países como el Brasil, por ejemplo, los médicos ofrecen al paciente dos opciones de tratamiento: la medicina natural o sintética. Por ese motivo fue invitada al encuentro la Dra. Katia Torres, legisladora brasileña, para que explique cómo presentó la ley para que las plantas medicinales sean consideradas fitofármacos, que están hechos en un laboratorio con las medidas exactas de las plantas medicinales para que sean efectivos. “Queremos saber las gestiones legales que debemos realizar para convalidar con la medicina del Brasil y podamos tener acceso”.

Destaca que a veces, cuando se habla de plantas medicinales en nuestro país, se piensa en el remedio yuyo que se encuentra en la calle, sin tener en cuenta que, además de eso, se mueve un negocio muy grande. La cangorosa, burrito, menta y verbena se están produciendo en gran escala, así como las esencias. “Estamos hablando de un mundo muy caro, en el cual también entran las esencias para perfumes; las curativas, para aromaterapia, en países como Francia, Alemania, España, entre otros. El abanico de posibilidades es muy amplio y hay mucho que hacer, pero primero tenemos que cumplir con todos los reglamentos del mercado y ese es el objetivo del simposio”, concluye.

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Fotos ABC Color/HeberCarballo.