LA CANASTA MECÁNICA

CANTAR O NO CANTAR.- Si los diplomáticos cantaran, no habría guerra, decía Chavela Vargas.

Cargando...

El canto es terapéutico, sanador, libera endorfinas, reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y refuerza el sistema inmunológico. Por lo tanto, cantar el himno antes de entrar a clase podría ser beneficioso y saludable. Eso sí, no hay que cantar para dejar de pensar.

El himno es un símbolo y como símbolo no tiene que ver con la razón, porque está ligado a lo emocional. Despierta esa sensibilidad que nos une a gente desconocida que está a nuestro lado y nos hermana a través de la pertenencia a un mismo suelo. Nos lleva a compartir un espacio físico y psíquico, que va más allá del mapa y el territorio.

También hay algo de cierto en las palabras de Halldór Laxness, cuando dice: Los himnos nunca parecen tan largos como en la niñez, y nunca es su mundo y su lenguaje tan ajenos al alma. Lo contrario ocurre en la vejez: las horas son entonces demasiado cortas para los himnos. Sin embargo, es en la infancia cuando aprendemos sin prejuicios y la letra de ninguna canción nos dice nada en profundidad. Hemos cantado canciones infantiles que suenan raras, incoherentes: “Yo no soy buena moza, yo no soy buena moza, ni lo quiero ser, ni lo quiero ser. Porque las buenas mozas, se echan a perder”, parece una oda a la fealdad.

El himno representa nuestro idioma, refleja nuestra historia, nuestras costumbres, el lugar donde nacimos, nuestro lar. No entiendo por qué molestaría cantar el himno patrio en las escuelas. Un estudiante se quejó de la obligatoriedad. Hay cosas que, más que obligatorias, son necesarias. Alimentarse es una necesidad más que una obligación. Cantar es casi lo mismo, y cantar el himno podría hacernos más conscientes de lo que nos pasó y lo que podemos cambiar. Mejoraría la autoestima respecto a capacidades y logros.

Los próceres de mayo arriesgaron sus vidas para lograr la independencia de nuestro país. No contaban con cámaras de televisión ni emisoras radiales para comunicarse con la opinión pública; eso que hoy otorga una visibilidad inmediata, casi de reality. Conspiraron en silencio, con estrategia, ocultos. Tenían claro su objetivo y lo supieron alcanzar venciendo dificultades.

Los símbolos patrios, como el himno, la bandera, los escudos, deberían impulsar la unión, el respeto mutuo, la inclusión, no la intolerancia ni ser utilizados como elementos de separación en un país libre.

Ni opresores, ni siervos alientan, donde reinan unión e igualdad.

Usted se preguntará por qué cantamos, dice la canción de Baglietto: Cantamos porque el niño y porque todos / Y porque algún futuro y porque el pueblo / Cantamos porque los sobrevivientes / Y nuestros muertos quieren que cantemos.

Cantar el himno, cantar aunque desafinemos, siempre cantar. Cantar canciones viejas y cantar canciones nuevas. Cantemos para que el tiempo que viene sea puerta y el viento sea llave.

carlafabri@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...