Rol del padre en la lactancia

La labor emocional del papá a la hora de la lactancia materna es fundamental para contribuir al éxito de una relación sólida y construir un vínculo a prueba de fuego cuando los chicos van creciendo.

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Convertirse en padre es, sin duda, uno de los eventos más hermosos en la vida. Mucho es lo que se sabe y se habla de los cuidados de la mamá y el bebé. Pero ¿y qué hay del papá? Él puede y debe tener tareas importantes y fundamentales en el cuidado del bebé y, más tarde, en la crianza de los chicos cuando se van poniendo grandes. Esto no solo es un gesto de consideración con su pareja, sino que, además, permite la formación de vínculos sólidos con su hijo.

“El rol del padre en la lactancia materna es fundamental, al ser el apoyo principal de la mamá, día y noche, sobre todo en las primeras semanas cuando el hijo da más trabajo”, expresa la sicóloga Leticia Velázquez. 

Debe conocer tanto de la lactancia como la mamá; es decir, involucrarse al leer, escuchar experiencias y asistir a la consulta. Solo un padre que sepa las maravillosas ventajas que representa la leche materna para el desarrollo físico, cognoscitivo y emocional de su hijo será el mejor aliado para conseguir llevarlo a término.

Para la sicóloga, el papá debe ser empático y apoyar a la mamá en el desafío que representa la lactancia. Entender que a algunas madres les resulta un poco complejo lograr el ritmo que esto demanda, pero que siempre la recompensa bien vale el esfuerzo. “Tiene que ser su protector ante los comentarios imprudentes, y las recomendaciones de los familiares y amigos. Ambos deben ser un equipo y disfrutar de este momento; esa comunión mágica en el momento de amamantar debe ser de tres”.

El papá puede ayudar con las tareas para la lactancia, como mantener despierto al bebé mientras come, para que se alimente hasta el final; traer agua para la mamá, lograr un lugar cómodo para recostarse con almohadas o cambiar al bebé. También puede colaborar con las tareas domésticas. Dar pecho es una actividad que consume mucho tiempo y muchas madres manifiestan estrés al sentir que pasan el tiempo “sentadas sin hacer nada” cuando tienen otras actividades por realizar. El papá puede contribuir con estas tareas, como lavar los platos, doblar la ropa, preparar algo para comer, así la mamá puede disponer de más mometnos para ella y el bebé.

Rol fundamental

Si querés que el padre de tu hijo cumpla un rol activo en el desarrollo y crianza, la lactancia materna puede que sea la puerta de entrada. Que el pecho esté en el cuerpo de la madre no significa que sea una tarea exclusiva suya. 

Por otro lado, las mamás creen que tienen más conocimiento sobre el bebé y sus cuidados, pero hay que darles una oportunidad a los papás, para que puedan demostrar que también conocen bastante de sus hijos. “Tienen que permitirse disfrutar de un compañero en este proceso”, expresa la sicóloga Velázquez.

Al igual que en el embarazo, los padres constituyen el mejor de todos los soportes para la madre; son su apoyo, confidente, respaldo y hay que permitirles ejercer ese rol, que es un derecho.

Los padres que son o fueron parte activa del proceso de la lactancia materna lo describen como una de las experiencias que no cambiarían por nada. Sentirse importante en un proceso en el que, habitualmente, han sido relegados a un quinto puesto, después del bebé, la mamá, las abuelas, las tías y los consejos de las vecinas, los reivindica en su papel fundamental como miembro de esta nueva familia en crecimiento.

Posnatal para el papá

Una de las situaciones que, sin duda, más ayuda para incentivar la participación del papá en la lactancia de su bebé es el derecho al permiso por paternidad. Esta normativa legal otorga a los padres que trabajan de manera dependiente un permiso de dos semanas por el nacimiento de su hijo o hija. Es una oportunidad ideal para que este contribuya en los primeros momentos de la lactancia del bebé sin perderse ningún detalle y siguiendo paso a paso el desarrollo de su hijo recién nacido. Y sin olvidar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la leche de la madre debe ser el alimento exclusivo desde el nacimiento hasta los seis meses de vida y, luego, mantenerse combinada con otros productos hasta que el niño alcance los dos años.

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