Uso de bolsas ecológicas

Se sabe que el empleo de las bolsas de plástico está extendido por el mundo, debido a su practicidad, facilidad de manejo, resistencia y disponibilidad. También se sabe que son arrojadas diariamente a las calles, veredas, orillas de ríos, arroyos, lagos y en los espacios públicos en cantidades considerables. Solo basta con recorrer las calles y barrios de Asunción y área metropolitana para comprobar esta realidad. Con el uso de las bolsas ecológicas, de tela, de papel y bioplásticos (biodegradables) entre otras, se buscan alternativas ecológicas al empleo de las de plástico, que sean reutilizables, reciclables y que reduzcan la contaminación ambiental. (Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker)*

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Los efectos contaminantes de las bolsas de plástico son cada vez mayores, en parte, porque se ha incrementado su uso, su desecho y porque además tardan en degradarse entre 100 años y 500 años. Aparte consumen grandes cantidades de energía y agua para su fabricación. Con el hábito aún vigente de quemar la basura, se agravan sus efectos nocivos sobre el medio provocando daños a la salud humana. Además, sus efectos en la vida animal es catastrófico: matan a más de 100.000 aves marinas, delfines, focas, ballenas y tortugas cada año por cuanto estos animales, las confunden con alimento y al tragarlas terminan por asfixiarse. Hoy día, el uso de bolsas ecológicas se ha extendido en muchos países como una opción para sustituir el empleo de bolsas de plástico. En Paraguay, existen iniciativas concretas que a través de las bolsas de tela, de papel y de otras con la leyenda de “biodegradable” buscan sensibilizar a la población acerca de las ventajas de su uso y en contrapartida, disminuir el empleo de las de plástico. Hay que señalar que se trata de promover el uso de bolsas que al ser reutilizables, reduzcan el volumen diario de desperdicios que se generan, además de ahorrar agua y energía en su fabricación.

UN CAMBIO DE HÁBITO

Las bolsas ecológicas ofrecen al consumidor varias ventajas: son prácticas, resistentes, tienen buena capacidad, pueden tener un diseño personalizado, son multiuso y fáciles de llevar cuando están vacías. Las más difundidas son: las de bioplástico, las de papel y las de tela.

Existen empresas que ya fabrican bolsas de bioplástico a partir de caña de azúcar: son biodegradables y menos contaminantes del medio. Hay emprendimientos que las fabrican con materias primas orgánicas como el almidón, el maíz, trigo o papa. Si se arrojan, se descomponen en forma natural al cabo de algunos meses por la acción de microorganismos, reincorporándose al suelo y aportando nutrientes para beneficio de las plantas.

El empleo de bolsas de papel de distintos tamaños, es una alternativa con bastante auge en negocios y comercios de Paraguay. Su empleo y difusión suponen la utilización de bolsas renovables, reciclables y biodegradables, cuya vida útil dependerá del uso y cuidado que se les brinde. En cuanto a las bolsas de tela, las formas, colores, modelos y tamaños varían y su ventaja radica en el multiuso que pueden tener, además de que se pueden lavar para volverlas a utilizar. Las empresas también las utilizan con fines publicitarios y de promoción de productos y servicios. Su empleo equivale al de unas 300 bolsas de plástico al mes por cuanto estas últimas se utilizan y rápidamente se desechan. Pueden además incluir publicidad de una empresa y mensajes instructivos sobre el cuidado que hay que brindar al ambiente, como en otros países

CONCLUSIÓN

Hace poco se habló de llevar a cabo una audiencia pública para eliminar el uso de bolsas de plástico de los supermercados, una iniciativa que por la cantidad de bolas con basuras que día a día podemos observar, quedó solo en intención. La sociedad permanece indiferente ante tan delicado problema de contaminación. Por eso, la responsabilidad en su empleo aparece como un cambio de hábito urgente y necesario para el consumidor que requiere de iniciativas tanto oficiales como privadas que destaquen su uso racional y sus beneficios a favor del cuidado del ambiente. Así, se consume menos petróleo, se reduce el consumo de energía y agua, se evita la pérdida de la fauna silvestre, se reduce la cantidad de basura que se arroja, parte de la cual termina en los desagües a causa de los raudales.

(*) Especialista en Comunicación Rural

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