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La cama de la princesa de la casa posee una cabecera de bronce, obsequio de la abuela. Se optó por tonos pasteles del estilo shabby chic en este dormitorio con un escritorio tallado, sobre el que vemos flores y pátina blanca, así como un toilet con espejo biselado.
El estilo toma prestado del campo de la Gran Bretaña la suavidad del mueble blanco envejecido, y acepta una paleta de colores pasteles que se ven en las paredes y tejidos: rosa, verde agua y flores en los diseños. El aire provinciano adquiere una elegancia romántica que se usaba en los siglos XVIII y XIX, según la arquitecta Graciela Fornera, quien elaboró esta deco. Se unen un sillón tapizado de gamuza en rosa viejo cuyo respaldo es capitoné, y un posapiés con las mismas características –ideal para la lectura–, y la silla Reina Ana. Una araña con caireles cuelga en el centro, la cortina romana antisolar y un tejido transparente.
En el dormitorio del varón se colocó un mobiliario que será utilizado también en la etapa de su adolescencia. La cabecera y el escritorio de cedro lustrado color nogal poseen líneas rectas que marcan un diseño flexible ante el futuro. La ropa de cama es de algodón en armonía con antisolares azules. Los juguetes están sobre repisas muy prácticas; el motivo aquí es el “hombre araña”, personaje del que es fanático su dueño.
Matrimonial
En el dormitorio de los padres se instalaron muebles de líneas rectas para la TV, en juego con la cabecera por medio del patinado en blanco gastado. Detrás se colocó una placa con luces led, y una lámpara de pie que enfatiza la iluminación sobre una silla con tapizado en tono beige. El edredón floreado es de algodón, y la cortina romana, con detalles de broderie.
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