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La pareja quiso una residencia contemporánea, con vida, que cuente una historia, por eso se hizo una fusión en la deco, para que más allá del estilo actual de algunos muebles, los propietarios sientan sus vivencias anteriores. Hay sillones de esterillas y mesas de gran valor sentimental. Las arquitectas Cecilia Ayala y Graciela Alvarenga se encargaron del interiorismo, que en la sala cuenta con una mesa de centro de líneas simples y madera natural, los sofás son modernos y se fusionan con los dos sillones clásicos Luis XVI, tapizados a rayas en tonos aqua y azul.
Los sillones que acompañan la mesa del comedor se caracterizan por sus cómodos apoyabrazos para más confort durante las largas charlas en familia. El revestido de la pared en piezas de espejos biselados amplía el sitio.
El dormitorio se caracteriza por su cabecera en capitoné de color azul, y sus mantas suaves de algodón en color blanco, que marca la tendencia clean.
Jardines verticales y espejos se hallan en el patio con una piscina para nadar.
Fotos: Claudio Ocampo