Los pueblos de Ytapé y Jesús se unen por la historiografía

Para conocer la historia de los pueblos de Ytapé y Jesús hay que remontarse a la Real Cédula del 22 de mayo de 1675, que dispuso la reducción de los «indios infieles» de la zona, por la fuerza de las armas de ser necesario, nos dice el historiador Antonio Ramón Barreto en el siguiente artículo.

ARB 78 en la misión jesuítica guaraní Jesús de Tavarangüé
ARB 78 en la misión jesuítica guaraní Jesús de Tavarangüé

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Los pueblos de Ytapé y Jesús fueron fundados en la misma zona, a orillas del río Monday. Este año, 2023, el primero cumple 345 años de fundación, y el segundo, 338.

Para hablar de Ytapé y Jesús, sitos hoy en los departamentos Guairá e Itapúa, respectivamente, es preciso remontarnos a 1600, cuando los nativos –perseguidos por los bandeirantes, cazadores de indios, encabezados por Antonio Raposo Tavares, secundado por Manuel Preto, para atraparlos y venderlos como esclavos, y acorralados por las autoridades de turno para el adoctrinamiento o la explotación en los yerbales– se refugiaron a orillas del río Monday.

Recordemos que en 1594 fray Juan Bernardo Colmán fue enviado a la zona de los paranáes (nativos y españoles estaban en sangrienta guerra) con la misión de rescatar a un domínico y los documentos que traía. Colmán, guaireño, fue hecho prisionero en el fragor de la batalla entre los españoles y los indios infieles. Los nativos lo creyeron espía de los españoles y, tras una larga odisea, terminó muerto en un ritual antropofágico. A este franciscano se le debe la traducción del catecismo al guaraní. Además, con Gabriel de la Anunciación de Guzmán, otro guaireño, enseñó a Luis de Bolaños la lengua materna de los nativos guaraníes.

Después de la muerte de Colmán, ocurrida el 2 de junio de 1594, y explorando la zona, Luis de Bolaños fundó Caazapá a fines de 1606. El primer bautismo de dicha comarca se registra el 10 de enero de 1607. Entre los primeros pobladores estuvieron Murayray, Tanimandó, Tapucané, Oberá, Cababayú, Guarepá, Guenduagna, Haembó, Ticú, Poranguí, Araí, Candieré, Guairaendé, Tarumandy, Yaguaperé, Guaperé, Tamuntay, Cuyá, Maracaná, Avapochy, Abambuá, Yaré-ypañé, Gyratyrá, Yaguatatí. Los dos últimos, según el presbítero Francisco P. Ríos, «eran fuertes y bravos, cazadores de tigres y expertos en navegación» y vivían a orillas del río Tebicuary.

Los nativos perseguidos en la época colonial se refugiaban en los montes, a orillas de los ríos, que eran (siguen siendo, aunque ahora la mayoría están contaminados) su fuente vital, de donde extraían sus alimentos.

En 1675, el gobernador de la Provincia del Paraguay, Phelipe Rexe Corvalán, y el de Tucumán, don José de Garro, recibieron una Real Cédula fechada el 22 de mayo de 1675 para la reducción de los nativos infieles (refugiados) que habitaban en las zonas de los ríos Paraná y Uruguay. Para ello, el gobernador del Paraguay envió al padre Nicolás del Techo, responsable principal de dicha zona, quien respondió que no podía cumplir la misión por falta de recursos humanos, escasez de clérigos; manifestó que tenía a su cargo 45 sacerdotes, dispersos en 22 doctrinas de Paraná y Uruguay, a cargo de 55.000 almas. Tras su respuesta, las autoridades del Paraguay solicitaron al rey más sacerdotes para cumplir la disposición real. Lo mismo hizo el gobernador de Tucumán el 12 de marzo de 1676; por la causa señalada (pocos sacerdotes), no fue posible la reducción en ese momento.

Para empezar a hilvanar la línea histórica de Ytapé y Jesús es preciso incluir en su historiografía esa Real Cédula, en la que leemos: «…asistiéndolos con lo que fuere necesario para que mejor lo puedan conseguir y que los indios que han estado pacificados y andan vagando se pongan a población y se les pongan doctrineros clérigos si los hubiere o Religiosos de la mayor satisfacción que haya a costa de los encomenderos y no los habiendo de la Caja Real». La Corona española, contundente en su orden de proceder a la reducción de los indios infieles, indicó que se hiciera por la fuerza de las armas si era necesario.

Casi tres años después de la emisión de esa orden real, el 10 de marzo de 1678 el franciscano Buenaventura de Villasboas, cura de Caazapá, realizó la reducción de los monteses de la zona del río Monday. Con ellos fundó Ytapé en la fecha señalada. Los monteses reducidos por Villasboas fueron 534. Entre ellos, 8 caciques: Tarayu, Carema, Arabe, Peru, Arapí, Taveragua, Güirachachare y Aguaraca. Tarayu estaba con 37 guerreros; Carema, su sobrino, con 40. Los monteses reducidos vieron a Buenaventura como salvador; les habrá conquistado con humildad (según un documento de la época, cubrió con su hábito a los nativos) y persuadido con promesas. Permaneció tres días con los nuevos reducidos; luego los trasladaron, un grupo a Caazapá, y otro a Yuty.

El gobernador del Paraguay, Rexe Corvalán, al leer el informe de la fundación de Ytapé, escrito el 16 de marzo de 1678 por el fundador, Villasboas, envió otro exhorto a Nicolás del Techo, entonces rector del colegio de la ciudad de Asunción, para que se encargase de los nuevos reducidos, pero tampoco esta vez pudo hacerlo, por el mismo motivo anterior. En 1681, muchos de los reducidos por Villasboas huyeron y se refugiaron en el monte, en la zona del río Monday. Esa dispersión fue el motivo principal para que el gobernador de la Provincia del Paraguay, Juan Diez de Andino, y el obispo del Paraguay, Faustino de las Casas, decidieran en 1682 trasladar Ytapé al lugar actual, a orillas del río Tebicuary-mi.

Desde comienzos de 1680 los monteses, entre ellos los reducidos por Villasboas, se refugiaron en la zona del río Monday. El obispo Faustino de las Casas, al enterarse de la presencia de estos grupos en 1684, escribió un exhorto, estando en el pueblo de San Ignacio, y envió a Juan Maranje, padre superior de las Misiones, a encargarse de la reducción de los nativos del lugar a fin de formar un nuevo pueblo. Dicho padre fue notificado el 28 de junio de 1864 y respondió afirmativamente sobre la conversión y reducción de los indios infieles refugiados en la zona. Al año siguiente, 1685, se procedió al adoctrinamiento de 150 familias, con las que se formó el pueblo Jesús.

Siguiendo la línea histórica, encontramos que el pueblo Jesús recorrió distintos lugares hasta su asentamiento definitivo. Al año siguiente de la fundación se trasladó al lugar llamado Ybaroti, donde estuvo 4 años, de 1686 a 1690; luego estuvo 25 años (de 1690 a 1715) entre los arroyos Mandiisoby y Capiibary; luego migró al occidente del arroyo Capiibary, donde permaneció 35 años (de 1715 a 1748); y desde 1748 está en el lugar actual, distrito de Itapúa, aproximadamente a 40 kilómetros de Encarnación, donde se encuentra la misión jesuítica de Jesús de Tavarangüé, que, con la misión jesuítica de Santísima Trinidad del Paraná, fue declarada en 1993 Patrimonio Universal de la Humanidad por la Unesco. La de Jesús fue construida por el arquitecto español Antonio Forcada. La obra edilicia cuenta con 4 hectáreas en un predio de 16, según uno de los guías turísticos, quien manifestó también que la construcción duró unos diez años y que a causa de la expulsión de los jesuitas, en 1768, quedaron inconclusas esa y otras misiones. El diseño de la iglesia mayor de Trinidad y de la construcción principal se debe al arquitecto italiano Juan Bautista Prímoli, quien falleció el 15 de agosto de 1747; sin embargo, la obra habría empezado en la época del padre Francisco Rivera.

En 1755 el pueblo Jesús había procedido a la compra de tierras del pueblo Yuty; al año siguiente hubo otra transacción; luego intentó disponer de otro lugar, ahora llamado Jesús de Tavarangüé, donde empezó la construcción antes mencionada, cuya iglesia tiene 62 metros de largo y 24 de ancho. En 1760 empezó un conflicto con Trinidad y en 1763 con Yuty; a este pueblo franciscano se sospecha que lo habrían patrocinado los españoles de Villa Rica con la intención de apropiarse de los yerbales; justamente los villenos también querían apoderarse de parte de la Merced Real de Tierra de Ytapé, actualmente en la zona de Caroveni. Sobre estos conflictos se puede ampliar más en otra ocasión.

¿Por qué el pueblo se llama Jesús? Recordemos que las misiones llegaron a las riberas del Monday el 1 de enero de 1685. En las Cartas Anuas leemos que la circuncisión de Jesús se celebra el 1 de enero, y en honor a esa conmemoración religiosa lleva dicho nombre.

Algunos nativos, al poco tiempo de la reducción, volvían a los montes huyendo de la explotación y los abusos; esta era una de las mayores causas del despoblamiento de los pueblos, en especial de los franciscanos. Al respecto, Juan Carlos Garavaglia sentenció: «las reducciones franciscanas se hunden en las deserciones y huidas».

Aquí cabe traer a colación el caso de la india Ynés Mieres, ocurrido durante la Semana Santa de 1827. En el relato judicial encontramos que los nativos Juan Manuel Guarasí, Eusebio Arayeyú y otros se fugaron del pueblo Jesús y se trasladaron al pueblo Ytapé. Sebastián Tadeo, cura doctrinero y administrador, señaló que dichos nativos ya tenían hijos en Ytapé. Recordemos que los pueblos jesuitas tenían más habitantes que los franciscanos hasta que se ejecutó la Real Cédula de 1767, dictada por Carlos III, sobre la expulsión de la Compañía de Jesús.

El limitado espacio nos impide citar todas las fuentes consultadas; destacamos algunas obras de Maeder, Kleinpenning, Gutiérrez, Azara, Necker, Levinton, Carbonell de Masy, McNaspy, Del Techo, Telesca, Durán Estragó, Susnik, Meliá, Zanardini, así como documentos del Archivo Nacional de Asunción, de la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro (Sección Manuscritos), del Archivo General de Indias (Sevilla) y del Archivo Histórico de la Provincia de Tucumán.

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