El Big despertar de Pou

¡Larga vida a la poesía enjoparaizada!, brinda el poeta y narrador Cristino Bogado en memoria del «poeta-trickster» Edgar Pou.

Retrato de Edgar Pou. Dibujo de Douglas Diegues.
Retrato de Edgar Pou. Dibujo de Douglas Diegues.

Cargando...

Puedo decir que el año entrante publicaré una novelita rezagada que tiene un personaje inspirado en la figura del poeta Edgar Pou. Pero tratándose de un auténtico poeta-trickster, poeta-chamán, como es el ñembyense, es poco. Merecería toda una novela como mínimo. Y seguro tendremos una reedición de El Pombero Tamaguxi (con las tapas originales de Ángel Jara preparadas en el remoto 2007 que nunca se pudieron usar). Como persona, su pérdida es invaluable: hoy en Asunción ya será impensable encontrar un conversador con su chispa e inventiva. Como poeta, el legado de Pou es impredecible. Juntó el guaraní con el español con el payé de su jopara charmoso, erotikon, sexy, lujurioso, atatachinado, feliz. Antes de él, el guaraní y el español eran el río Paraguay y el río Paraná, el Partido Colorado y el Partido Liberal, Cerro Porteño y Olimpia: dos líneas paralelas que nunca se juntan en el infinito. El jopara de Pou es ese infinito. Amalgamó el agua y el aceite con su escritura (dispositivo opuesto al de Kanese, que –como en el videoclip Sledgehammer, que termina con la figura de Peter Gabriel disolviéndose con el cielo estrellado del fondo– disolvió las dos líneas-ríos en el firmamento estrellado de su nueva lengua, el kanesiano). Vislumbramos una próxima generación de poucitos, empezando de entrada con sus hijos, poetas natos todos. ¡Larga vida a la poesía enjoparaizada!

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...