Lewis Hine, el fotógrafo de los niños tristes

Pese a las amenazas de los guardias y dueños de las minas, las plantaciones y las fábricas, Lewis Hine fotografió niños obreros, lustrabotas, canillitas, vendedores ambulantes, peones, mineros…

Rob Kidd, obrero en una fábrica de vidrio, junio de 1911. Fotografía de Lewis Hine
Rob Kidd, obrero en una fábrica de vidrio, junio de 1911. Fotografía de Lewis Hine

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El niño de la primera de las imágenes que ilustran esta página se llamaba Rob Kidd y fue fotografiado el 23 de junio de 1911 en su lugar de trabajo, una fábrica de vidrio en Alexandria, Virginia. El fotógrafo que lo retrató se llamaba Lewis Hine.

Lewis Hine nació en Oshkosh, Wisconsin, el 26 de septiembre de 1874. Se licenció en Pedagogía en la Universidad de Nueva York en 1905 y pronto comenzó a trabajar como profesor en esa misma ciudad, pero terminó renunciando al poco tiempo, y para siempre, a la relativa seguridad que le ofrecía su puesto como profesional en la enseñanza para dedicarse –para consagrarse, mejor dicho– a la fotografía documental. Entre los diversos aspectos de la sociedad de su país y época que registró, hoy queremos recordar sus retratos de niños trabajadores.

Lewis Hine empezó a trabajar tomando fotos para la revista Charities and the Commons en 1906 y en 1907 se convirtió en fotógrafo del Comité Nacional del Trabajo Infantil de Estados Unidos (National Child Labor Committee, NCLC) y otras organizaciones sociales. Durante la siguiente década, de 1907 a 1918, por encargo del Comité Nacional de Trabajo Infantil, recorrió todo el país en numerosos viajes fotográficos, documentando a los niños que trabajaban en las fábricas y en los campos, en las minas y las manufacturas textiles, en las olerías y en las trastiendas, en las calles y en las plantaciones de algodón. Hine comprendía el poder revelador de las imágenes, y más tarde cedió esas obras para conferencias, exposiciones y publicaciones dedicadas a exponer y denunciar el trabajo infantil.

Un trabajo a cuya documentación terminó dedicando su vida. Lewis Hine recibió con frecuencia abiertas amenazas, incluso de muerte, de parte de guardias, gerentes y dueños de plantaciones, de negocios, de fábricas, de minas... Lejos de renunciar a su tarea, simplemente recurrió a diversos disfraces –inspector de seguridad contra incendios, vendedor ambulante de biblias, cartero…– para poder entrar a los lugares prohibidos y fotografiar a los niños trabajadores.

Y así fotografió Lewis Hine a niños obreros, canillitas, recolectores, mineros, braceros, peones, lustrabotas… Sus últimos años fueron bastante duros; los pasó agobiado por problemas laborales y económicos. Murió el 3 de noviembre de 1940 en el Hospital Dobbs Ferry de Nueva York, luego de una operación. Sus fotografías fueron fundamentales para conseguir la aprobación, en 1938, de la Ley de Normas Laborales Justas (Fair Labor Standards Act), que estableció varias reglas concernientes a las edades mínimas y el número de horas laborables para la mayoría de los niños trabajadores en Estados Unidos.

A un costado de las vívidas estampas de la infancia dichosa del «sueño americano», Lewis Hine nos dejó sus imponentes postales pobladas de miradas inocentes y serias que interpelan a todos y a nadie desde la extraña gravedad del silencio, la soledad y la penumbra de una infancia llena de preguntas sin respuesta. Fue el fotógrafo de los niños tristes, de los niños pobres, de aquellos que no suelen ir a la escuela, que miran desde afuera las aulas y los libros y los cuadernos y los patios y que no disponen tampoco de muchas horas de juego, de aquellos que crecen pronto, demasiado cansados y atareados para permitirse el lujo de ser niños.

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