Avances, logros y retos del sector agrícola

La agricultura del Paraguay contemporáneo es una actividad moderna, integrada a mercados internacionales, generadora de valor agregado y principal fuente de ingreso de divisas. La agricultura sigue sosteniendo una buena parte del crecimiento económico pero con algunas modificaciones estructurales en cuanto a cultivos, tecnología, mercados, infraestructuras y servicios.

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Los cultivos más importantes

Tres rubros tradicionales y uno emergente lideran la producción agrícola que más dinamismo aporta al sector:

* La soja (cultivo de verano): la producción de soja representa el 65% de la agricultura, lo cual a su vez equivale alrededor del 11,5% del PIB. Su expansión se vio favorecida por los buenos precios derivados de la alta demanda internacional.

* El maíz (cultivo de finales del verano y otoño): este cultivo completa el ciclo productivo, también con destino de exportación.

* El trigo (cultivo de invierno): si bien este cultivo es de climas templados, ha podido adaptarse a las condiciones locales, modificando el esquema tradicional de importación del mismo para satisfacer la demanda interna. Las exportaciones de trigo de Paraguay representan alrededor del 60% de la producción anual, el restante 40% se destina al consumo interno.

* El arroz: rubro en constante expansión, aprovechando las zonas bajas que, junto a la proximidad de recursos hídricos, permite el buen desarrollo de este cultivo.

Otros cultivos de relevancia social

La agricultura familiar campesina, aunque en crisis continua desde mediados de la década de 1990, constituye un segmento de producción de alto impacto social, al permitir la subsistencia de las diversas comunidades de agricultores. De esta categoría productiva provienen además la mayoría de los alimentos destinados al mercado interno.

Los cultivos principales son la mandioca, el poroto, el maíz, el maní y los frutales, destinados fundamentalmente al consumo familiar. Lo innovador en este segmento es la aparición de empresas privadas que conforman, consolidan y mantienen nuevas cadenas productivas, asegurando semillas, asistencia técnica y sobre todo acceso seguro y sistemático a mercados. Las cadenas productivas más importantes son las del sésamo, la mandioca, los cítricos, el mburucuyá, la banana y la caña de azúcar.

Gracias a las cadenas los productos agrícolas de las familias campesinas pueden insertarse al mercado en mejores condiciones que en décadas anteriores, además de generar recursos financieros y distribuir los ingresos monetarios a lo largo del año. Casi todas las cadenas productivas de la agricultura familiar incorporan procesos industriales, agregando valor antes de la exportación. La producción de almidón a partir de mandioca y de jugos de frutas constituyen los ejemplos emblemáticos de la agroindustria de este sector.

En cuanto al cultivo de algodón, la falta de actualización tecnológica hizo que el mismo estuviera a punto de desaparecer, sin embargo las expectativas son alentadoras y se espera que se puedan ir aplicando técnicas más avanzadas. En la última campaña el algodón mecanizado tuvo muy buenos resultados en los departamentos de Alto Paraná y San Pedro, donde se obtuvieron rendimientos de 2.700 y 3.000 kilos por hectárea. A modo de prueba se sembraron 200 hectáreas con algodón genéticamente modificado. Se espera que estos resultados sean determinantes para ir reposicionando este cultivo tradicional en el país.

Nuevos jugadores del sector agrícola: las agroindustrias

La escasa transformación de los productos primarios ha sido una característica de la agricultura paraguaya desde inicios del siglo XX. Los volúmenes escasos así como el difícil acceso a la tecnología y poco rentable habían frenado las iniciativas industriales de envergadura por muchas décadas.

La soja ha dejado de ser un simple cultivo para convertirse en una cadena productiva mediante la incorporación creciente y sostenida de procesos industriales. Las inversiones, han posibilitado un fuerte incremento de la capacidad de procesamiento industrial de la soja, que ha casi triplicado. Los subproductos principales son el aceite, la harina y el pellet de soja, con mejores precios que los granos en estado natural.

Las agroindustrias permiten además asociar la soja con otros sectores productivos, como por ejemplo la cría de cerdos en Itapúa y Alto Paraná, generando más valor agregado.

Las empresas internacionales más importantes del sector están presentes en el país, con inversiones en la industria trituradora de soja. De esta forma la capacidad de producción de aceite y harina de soja ha aumentado considerablemente en poco menos de tres años.

Inversiones agrícolas crecientes

En la última década las inversiones agrícolas experimentaron un crecimiento muy significativo, impulsado por las infraestructuras y maquinarias productivas necesarias para expandir e intensificar los sistemas productivos. La agricultura es uno de los sectores más capitalizados.

Exportaciones agrícolas: más diversas y mejor distribuidas

El peso de las exportaciones de la cadena de la soja (soja, maíz, trigo, girasol, canola y sus respectivos aceites y harinas) es muy alto, representando más del 60% de las exportaciones anuales totales del país, confirmando la gran relevancia del sector agrícola en la economía, dado que su dinamismo productivo se expande a otros sectores, como por ejemplo el financiero, el transporte y la logística, entre otros.

El crecimiento de las exportaciones de subproductos de la soja logra reducir la estacionalidad del ingreso de divisas en la economía, que anteriormente, cuando se exportaba principalmente granos se concentraba en los meses siguientes a la cosecha. Esto reduce a su vez la presión sobre el tipo de cambio.

La soja y sus subproductos lideran tanto en volumen como en valores las exportaciones agrícolas del país, pero no son las únicas. El maíz, el trigo y el arroz han aumentado sustancialmente su participación en los últimos años, principalmente el trigo, a excepción del año 2013 donde este cultivo fue afectado severamente por condiciones climáticas desfavorables.

Paraguay, jugador mundial

De ser una actividad económica tradicional, la agricultura presenta una nueva imagen, caracterizada por su diversidad y competitividad. Las técnicas innovadoras, así como las prácticas de cultivo, de conservación de suelos, la selección de mejores semillas y la utilización adecuada de insumos posibilitan una agricultura competitiva, posicionando al país entre los jugadores más importantes a escala mundial.

Perspectivas para la agricultura

La expansión de los cultivos ya no es el único camino hacia mayores volúmenes de producción. En su remplazo surgen nuevas prácticas agrícolas que permitirán no solo obtener mayores niveles de productividad sino también una intensificación productiva consistente en incorporación de mayor tecnología productiva, como por ejemplo sistemas de riego, apuntando tanto a incrementar la productividad como a administrar los periodos de sequía.

Se espera que la demanda de soja crezca de manera importante en los próximos años, sin que aparezcan nuevas zonas productoras de extensión significativa. Estas condiciones representan para Paraguay oportunidades de intensificación productiva, adecuación logística en cuanto a silos y barcazas, así como nuevas iniciativas industriales.

Realizar inversiones en sistemas de riego, investigación en tecnología productiva y diversificación de cultivos se vuelve esencial para que la agricultura sea un mejor motor de la economía nacional.

Como resultado de volúmenes y valores de exportación crecientes, el transporte de la producción hacia los mercados internacionales se ha vuelto un aspecto de vital importancia para el sector. Algunos conflictos con Argentina en la hidrovía requieren la actuación firme y decidida del Estado paraguayo para asegurar el correcto funcionamiento logístico y comercial del sistema productivo que sostiene el crecimiento económico.

Además es importante ir abriendo nuevos mercados. Por ejemplo, considerando que China es el principal consumidor mundial de soja y que según estimaciones en 10 años estaría importando un 50% más, es importante seguir adelante negociaciones iniciadas por la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) con el objetivo de que dicho país habilite el ingreso de soja paraguaya. Si bien estas negociaciones pueden demorar bastante tiempo, es muy importante que se hayan iniciado, ya que el gigante asiático constituye una gran oportunidad para el sector agroexportador paraguayo.

Arroz

El arroz es un rubro en constante expansión, aprovechando las zonas bajas que, junto a la proximidad de recursos hídricos, permite el buen desarrollo de este cultivo.

Zonas

Se espera que la demanda de soja crezca de manera importante en los próximos años, sin que aparezcan nuevas zonas productoras de extensión significativa.

Inversiones

Las empresas internacionales más importantes del sector están presentes en el país, con inversiones en la industria trituradora de soja. De esta forma la capacidad aumenta.

Algodón

En la última campaña el algodón mecanizado tuvo muy buenos resultados en Alto Paraná y San Pedro, donde se obtuvieron rendimientos de 2.700 y 3.000 kilos por Ha.

Familiar

La producción de almidón a partir de mandioca y de jugos de frutas constituye un ejemplo emblemático de la agroindustria en el sector de la agricultura familiar.

Escasa transformación

La escasa transformación de los productos primarios ha sido una característica de la agricultura paraguaya desde inicios del siglo XX. Los volúmenes escasos, así como el difícil acceso a la tecnología y poco rentable habían frenado las iniciativas industriales de envergadura por muchas décadas.

Cadena productiva

La soja ha dejado de ser un simple cultivo para convertirse en una cadena productiva mediante la incorporación, creciente y sostenida, de procesos industriales. Las inversiones han posibilitado un fuerte incremento de la capacidad de procesamiento industrial de la soja, que casi se ha triplicado.

Como resultado de volúmenes y valores de exportación crecientes, el transporte de la producción hacia los mercados internacionales se ha vuelto un aspecto de vital importancia para el sector. Algunos conflictos con Argentina en la hidrovía requieren la actuación firme y decidida del Estado paraguayo.

De ser una actividad económica tradicional, la agricultura presenta una nueva imagen. Las técnicas innovadoras, así como las prácticas de cultivo, de conservación de suelos, posibilitan una agricultura competitiva, posicionando al país entre los jugadores más importantes a escala mundial.

Considerando que China es el principal consumidor mundial de soja y que según estimaciones en 10 años estaría importando un 50% más, es importante seguir adelante negociaciones iniciadas por la Capeco con el objetivo de que dicho país habilite el ingreso de soja paraguaya.

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