Los únicos privilegiados fueron los “barones”, Brasil y políticos de turno

En ocasión de las negociaciones del contrato colectivo de condiciones de trabajo (CCCT) del año 2014/15 entre la Itaipú Binacional (IB) y sus empleados, el director administrativo ejecutivo paraguayo manifestó en un momento que los trabajadores de la IB somos unos privilegiados, por lo tanto, no correspondía peticionar ni un beneficio a más de los que están ofreciendo los negociadores de la entidad. El Sr. director tenía razón cuando habló de “privilegiados”. Veamos quienes son los privilegiados en la Itaipú.

Cargando...

1º) Al inicio de la construcción de la represa, a finales de 1974 y al inicio de 1975, un puñado de paraguayos nos aventuramos ante el enorme desafío de iniciar las primeras instalaciones que servirían de apoyo a la megaconstrucción.

Se abrieron picadas en los montes y se instalaron los campamentos pioneros. Viajábamos en camiones tumba, y cuando llovía llevábamos piedra triturada como contrapeso para superar las subidas y bajadas de los arroyos y nacientes, como el Ju’i Rupa, que nos cortaban el camino al lugar del trabajo.

Les aseguro, amigos lectores, que no había oficinas con aire acondicionado, caminos asfaltados, lujosos vehículos también con aire acondicionado, ni atractivas secretarias o cafecitos. El agua incluso la acarreábamos de las nacientes de la selva. El único privilegio era beber agua “ecológica” y respirar aire de la selva.

2º) Después de la firma del contrato con el consorcio constructor Unicom-Conempa, en el año 1975, llegaron las primeras máquinas pesadas para el inicio de los desmontes. Ya estaban instalados los campamentos pioneros para dar apoyo a ambas márgenes. Así se iniciaron las grandes obras, donde se observaba un rígido cronograma de ejecución y el respeto riguroso a las especificaciones técnicas, tanto en los tratamientos de fundaciones como en la construcción de las obras civiles y montajes electromecánicos.

El único privilegio era viajar una vez al mes a nuestro “valle”, llevando nuestros salarios.

En este hervidero humano, de diferentes nacionalidades y orígenes, se escuchaba todo tipo de lamentos, algunos parecidos al mensú de los antiguos yerbales; otros, al del urutaú que aún existía en los bosques aledaños.

En esta época se necesitaba desesperadamente mano de obra para la ejecución de los trabajos brutos en un ambiente hostil.

Brasil enfrentó el desafío con trabajadores experimentados, los famosos “barrageiros”. ¿Cómo estaba el Paraguay en recursos humanos? No había en la región suficientes hombres capacitados, salvo aquellos que trabajaban en las calles de la antigua Ciudad Presidente Stroessner vendiendo lentes, ropas y coca-cola en sus mesitas.

Los cambistas ganaban mucho más que los trabajadores de Itaipú y no querían saber nada de trabajar las 24 horas, durante los 359 días al año (había solamente seis feriados al año).

El único privilegio consistía en ver crecer a la obra y a nuestros hijos.

En esta etapa de la construcción, la más rigurosa de todos los tiempos, no fuimos considerados “privilegiados”. Las empresas contratistas tuvieron que salir a reclutar gente en todos los departamentos del país. Venían obreros de Tava’i, Loma Apu’a y Yryvukua, y pocos tenían profesión, salvo el arte de sobrevivir en el campo con la azada y el yvyra akua.

Se los tuvo que formar y reformar para construir la mayor productora mundial de energía. Al finalizar la etapa de la construcción, estos trabajadores quedaron sin “laburo”, engrosando los cinturones de pobreza de las ciudades.

El resto ya es historia común, los problemas sociales derivados del desempleo y el desarraigo están a la vista. Los únicos privilegiados, una vez más, fueron las empresas consultoras o contratistas, beneficiadas con grandes pedazos de una torta manejada por los “barones de Itaipú”; la mayoría sin licitaciones y con el famoso e inmoral factor K.

3º) En 1984 entró en funcionamiento el primer generador, es decir, comenzó la migración de nuestra genuina y limpia energía renovable a precios irrisorios.

Les puedo asegurar que desde esa fecha hasta hoy día, el Paraguay, como pueblo y nación, tampoco es el “PRIVILEGIADO”; los únicos y grandes beneficiados con la construcción de la represa fueron los “barones de Itaipú” y el Brasil, que se llevó el 95% de nuestra energía y los grandes intereses aplicados a sus leoninos préstamos.

Los trabajadores paraguayos apenas ganamos, por isonomía, lo que ganan nuestros pares brasileños. Es decir, a trabajos iguales, salarios iguales.

4º) Desde hace una década y más, la Itaipú recibe la invasión de los políticos; por supuesto que no resistirá mucho más. Es solo cuestión de tiempo hasta que sucumba definitivamente. Con esto, los verdaderos trabajadores son humillados y burlados, pues no importa la antigüedad y experiencia. Se lleva así al basurero la carrera empresarial.

Casi todas las dependencias, de todas las direcciones, de toda la entidad, fueron copadas por operadores políticos del partido de turno, esposas, amantes, hijos, hermanos y “amigos”. Todos con elevados salarios, sin importar el currículo, preparación o idoneidad. No faltan familiares de ministros de la Corte y jueces; de senadores, diputados y ministros del PE.

Después de ese período aparecieron, además de las ya conocidas croquetas y maletines de oro, los alquileres de oro de vehículos, apañados por una mafia sindical. Estos desmanes continúan en la actualidad, con el agregado de los “sindicalistas de oro”.

Señor Director Administrativo Ejecutivo Paraguayo y amables lectores: espero que entiendan que los trabajadores paraguayos ganamos con justicia nuestro salario y beneficios, al final somos la mayor y más eficiente generadora de energía limpia y barata del mundo (las negritas son mías). Y lo digo con todo el respeto que merecen mis compañeros de trabajo.

Por último, espero que esto sirva como un ayudamemoria para calificar a los que verdaderamente trabajamos en la IB. No entraré a describir los privilegios de los directores pasajeros que, además de sus altos salarios, reciben los beneficios sociales logrados con la verdadera lucha sindical. No entraremos tampoco en los detalles de los “incómodos y estresantes” viajes aéreos, las viviendas y vehículos lujosos, con choferes, cocineras, guardias de seguridad, secretarias modelos y sofisticadas oficinas que cada director ambienta a su capricho.

1984

En 1984 entró en funcionamiento el primer generador: comenzó la migración de nuestra genuina y limpia energía renovable a precios irrisorios.

Únicos

Paraguay tampoco es el “privilegiado”. Los únicos y grandes beneficiados... fueron los “barones de Itaipú” y Brasil, que se llevó el 95% de nuestra energía.

* Ex secretario general y asesor gremial del STICAP

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...