Ser antes que tener

Sin duda alguna, estamos en la era del tener. Diariamente convivimos en una sociedad de consumo, donde cada vez que obtenemos lo que tanto queríamos, queremos otra cosa. ¡Es que queremos todo lo que vemos! Y cada día el mercado nos ofrece algo nuevo, mejor, con descuento y cómodas cuotas.

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Incluso los niños, expuestos constantemente a publicidades por televisión e internet, nos piden nuevos juguetes, ropas, celulares y mil cosas más, ¿cuándo terminará el gasto constante?

¿Quién estás siendo?

Siempre habrá alguien que tenga más dinero, más juguetes, más ropas, más autos, más joyas o el último modelo de celular. Por lo tanto, quienes basen su sentimiento de bienestar en el monto de su cuenta corriente, constantemente se sentirán fracasados, frustrados y agotados.

El tener se ha convertido en la medida del éxito o fracaso de una persona, quizás por la confusión de que la fijación de metas está muchas veces relacionada con lo material. Parecería obvio que una vez identificada la meta (tener), debería concretar planes (hacer) y si logro lo propuesto entonces tendré resuelto quien soy (ser).

Así, la meta de “tener un título universitario”, estaría dada por “hacer una carrera” y cuando lo haya logrado entonces “seré economista”. Por eso, nos presentamos a los demás diciendo “soy economista” o comerciante, médico o carnicero, el punto es que la actividad profesional o laboral nos convierte en quienes somos porque nos concluye lo que hacemos y tenemos.

Esta situación se desarrolla desde muy temprano en nuestra vida. Condicionamos a los niños con expresiones o frases como: si tenés buenas notas, cuando seas grande conseguirás un buen empleo; o si tenés buenas notas te compraremos ese juguete como premio; también las preguntas que hacemos a los más pequeños son claves, como aquella de “¿qué quieres ser cuando seas grande?”.

Incluso a medida que crecemos vamos por la vida afirmando que seríamos felices bajo ciertas condiciones: si tuviera una familia; si tuviera una casa; si tuviera un título universitario… y nos vamos dejando la felicidad para un momento futuro que no sabemos si llegará.

Cuando colocamos barreras que denotan la falta de algo para poder lograr lo que queremos, como por ejemplo: cuando tenga dinero podré salir de vacaciones; cuando gane más podré ahorrar, etc; entonces, tenemos un error conceptual que probablemente se encargará de boicotear a la meta principal. Esto podemos graficarlo con quien se pone la meta de bajar de peso, empieza a hacer dieta, pero es bastante común que al poco tiempo comience a incumplirla, dejando caer la meta.

A una persona que le guste comer y beber en exceso, que no le agrade hacer ejercicios diariamente, que aborrece la rutina y es bastante indisciplinada le será muy difícil seguir la lista de lo que debe hacer para tener el cuerpo que desea. Primero debemos concentrarnos en determinar quién soy y quién quiero ser. Soy una persona con las finanzas desordenadas y con un alto nivel de endeudamiento, quiero ser una persona ordenada, con salud financiera y con ahorros.

A partir de ello puedo analizar y visualizar como es esa persona, ¿cómo actúa y decide esa persona ordenada? En otras palabras, no se trata de lo que estás haciendo para tener, el núcleo del cuestionamiento sería quién estás siendo.

Desde el quién estás siendo tomas las decisiones y define tus acciones. Si no te gusta el resultado, en lugar de cambiar lo que haces, cambia quién eres. Desde el ser indisciplinado e inconstante no será posible obtener un resultado diferente.

Este es el motivo por el cual muchas personas que han refinanciado todas sus deudas, están igual o más endeudadas solo unos meses después. Han intentado tener cambiando el hacer, pero han descuidado la parte fundamental que logra sustentabilidad en cualquier estado: el ser.

Brutal verdad

El ser nos descubre íntegra e indivisiblemente con nuestras creencias, valores y principios, desnuda nuestra realidad; por lo tanto, el hacer se traduce en acciones basadas en las creencias que tenemos sobre nosotros mismos, son proyecciones concretas de nuestra autoconfianza y autoestima; luego como resultante de lo que estamos haciendo (o mejor aún ha-siendo) logramos tener lo que proyectábamos.

El concepto de visualizar las metas para luego alcanzarlas pasa entonces por decidir con anticipación lo que elegimos ser y a partir de ello lo que hacemos y tenemos, no a la inversa. En una sociedad exitista y de alto consumo subyace la creencia cultural de que hay que tener para ser, pero esto en la práctica es insostenible. Escuchamos a los adolescentes decir que “para ser fashion o cool deben tener el último modelo de celular, pero hay uno nuevo cada tres meses, ¿acaso “será y dejará de ser cool” en cada ocasión?

Considero que una buena manera de diferenciar el ser con el tener se puede apreciar con el concepto del conocimiento, hay diferencia entre tener conocimiento y conocer, lo primero se refiere a tener posesión del conocimiento disponible, lo segundo es funcional, resulta del proceso de pensar productivamente con base en el conocimiento, tener la capacidad de utilizar aquello que se conoce.

Coincido con varias citas de Aldous Huxley, quien señalaba: “Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo”, pero referente a la situación actual del uso, abuso y en ocasiones mal uso del dinero existe una estrecha relación entre el consumismo y la necesidad de tener para sentirse ser alguien, rayando incluso con la incoherencia en muchos casos.

Al respecto, el mismo Huxley citó: “Nuestra sociedad a pesar de su progreso material, intelectual y político, ayuda cada vez menos a la salud mental y tiende a socavar la seguridad interior, la felicidad, la razón y la capacidad para el amor del individuo; tiende a convertirlo en un autómata que paga su frustración como un ser humano con trastornos mentales crecientes y una desesperación que se oculta bajo un frenético afán de trabajo y supuestos placeres”.

Podrá usted coincidir o no conmigo en todos los criterios, pero en general supongo que la mayoría podemos identificarnos con un ritmo alto de trabajo y de necesidades múltiples que aparecen cada día y son difíciles de ser cubiertas con los siempre escasos recursos disponibles (sean pocos o muchos).

Entonces, quizás sea un buen momento para parar la pelota y analizar la próxima jugada, las opciones están entre el ser y el hacer para tener. Sigamos hablando de dinero, porque así aprendemos a manejarlo mejor.

Vida

A medida que crecemos vamos por la vida afirmando que seríamos felices bajo ciertas condiciones: Si tuviera una familia; si tuviera una casa, si tuviera...

Tener

El tener se ha convertido en la medida del éxito o fracaso de una persona, quizás por confundir de que la fijación de metas tiene relación con lo material.

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