Progresar con la comunidad

La visión de emprender nuevas líneas de negocios además de crecer a la par con familias de la zona y parte del país ubicaron a Frutika como marca paraguaya de calidad industrial certificada. Renombrada internacionalmente y con sed de trabajo constante, la firma se abre a un nuevo desafío: exportar agua mineral natural.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/2TMEBE3F3VA6RKA6CIEOM5QYFU.jpg

Cargando...

Ocho años atrás, y con tan solo 20 años de edad en ese entonces, Cristina Kress se abría paso a una desafiante misión que era la de levantar la industria que habían fundado sus padres, Heinfried y Beate Kress. Esa labor representó el inicio de un aprendizaje constante que permitió, a la larga, la presencia de los productos del conjunto empresarial en los principales comercios de nuestro país y el mundo.

La convicción de llegar alto hizo que la firma concrete recientemente uno de sus mayores sueños consistente en la habilitación de una planta de tratamiento de agua mineral natural, ubicada en la colonia Kressburgo, departamento de Itapúa, donde el grupo desarrolla sus distintas líneas cuyas bases son la horticultura y fruticultura.

La capacidad productiva de la nueva unidad de negocios asciende a cinco millones de litros mensuales, entre agua mineral natural y bebida saborizada, indica la joven empresaria, resaltando a la vez que entabla conversaciones con potenciales compradores de Alemania, Bélgica y Dubái, en tanto que ya cerró acuerdo con Corea y Taiwán.

De momento, la operatividad de sus instalaciones alcanzará el 50% de toda su capacidad. “Queremos, primeramente, entrar fuerte en el mercado nacional y, luego, enfocarnos a la exportación, porque existe gente de afuera (otros países) interesada en comprar nuestra agua”, expresa Kress, gerenta general de la compañía.

La envasadora comprende un pozo con 1.080 m de profundidad, lo que posibilita obtener el vital líquido con pH (potencial hidrógeno) elevado, indicador diferencial y meritorio para captar clientes en países exigentes, mientras que la inversión destinada al emprendimiento asciende a USD 5 millones, entre construcción, equipamiento e investigación.

Génesis, la marca del agua mineral natural, ya entró en los distintos canales de comercialización locales y prevé realizar sus primeros envíos en los próximos meses. “Cada vez se opta por agua de mejor calidad, porque la gente busca algo diferente y realmente saludable. La que procesamos es natural y baja en sodio”, puntualiza la ejecutiva, quien destaca la responsabilidad y el compromiso social que conlleva asegurar este tipo de productos de manera competitiva en el extranjero.

En equipo. Si algo distingue a la corporación es el modo de trabajo instaurado con sus colaboradores directos y los pequeños agricultores. El grupo se provee de un poco más de 4.000 productores de todo el país, entre ellos, de la comunidad de Kressburgo, donde transmiten conocimiento, educación y tecnología para las familias.

Su marca estrella, Frutika, nació hace 19 años con el propósito de ofrecer jugos naturales y orgánicos, que mediante el soporte de calidad se asentaron en otros nichos del mundo, como son China, Taiwán y España, en los cuales llegan los concentrados de jugos de frutas. Además, próximamente, apunta a ingresar con esta categoría a Colombia y Chile. Asimismo, amplió su cartera de productos con extractos de tomate, aderezos y condimentos, refrescos, preparados líquidos y otros.

La agroindustria tuvo sus inicios como firma Kimex y Estancia Beate, con 38 años de trayectoria, 11.000 ha de agricultura y 2.000 ha de citricultura. El padre de Cristina, Heinfried, un agrónomo alemán, fundó el grupo en 1977 y años después falleció en un accidente de campo. Al frente quedó su esposa, Beate, bióloga, quien hasta hoy lidera todo el conjunto de la mano de su hija.

Cuando el matrimonio llegó al país quedó atrapado por la exuberante naturaleza, por lo que decidieron adquirir un terreno de 1.500 ha, que empezaron a trabajarlo junto con agricultores vecinos, fortaleciendo así una colonia de producción, que sigue sorprendiendo por su afán de crecimiento empresarial y social.

Lo que pocos saben

Apenas culminó sus estudios secundarios, Cristina Kress optó por viajar a especializarse en Administración de Empresas en Suiza. Tras un año de haber partido, recibió la llamada de su madre, quien le contó la situación de la firma (tenía deudas) y la condicionó a dos opciones: o vender las acciones o que ella decidiera asumir como ejecutiva. Optó por la segunda y, hoy, muestra el fruto de un arduo trabajo.

emilse.rolon@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...