¡Unidad, reconciliación y celebración!

Un día especial en que nos ponemos de acuerdo para compartir y disfrutar de esta conmemoración tan importante para todos.

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Todos los sobrinos y nietos sorprendamos a abuelo y abuela con nuestras cualidades.

¡Representemos un pesebre viviente!

Primer acto

Un grupo de pastores está aglomerado en un rincón, durmiendo apaciblemente.

Narrador: Era una noche solitaria y tranquila en aquel apartado campamento de pastores. Luego de una gotador día de trabajo, los pastorcitos se encontraban durmiendo, mientras uno de ellos cuidaba las ovejas. De repente, una brillante luz inundó todo el lugar y el pastorcito que estaba vigilando a las ovejas gritó:

Pastor 1: ¡Compañeros! ¡Despierten! ¡Despierten!

Pastor 2: ¿Qué pasa? ¡Aún es muy temprano!

Pastor 3: Sí, déjanos dormir un rato más…

Pastor 4: Es cierto… ¡Miren esa luz brillante!

Ángeles: ¡Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor!

Pastor 5: ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren de nosotros?

Ángel: No tengan miedo. Vinimos a anunciarles una noticia que va a llenarles de alegría.

Pastor 1: ¿Cuál es la noticia que tienen que darnos?

Ángel: La salvación ha llegado a este mundo. ¡Hoy les ha nacido un salvador!

Pastor 2: Dígannos dónde está, para que vayamos a adorarlo.

Pastor 3: Sí, dígannos, por favor.

En ese momento aparece una niña, vestida como estrella de Belén. Los pastorcitos se ponen de pie.

Ángel: Ella es la estrella que los llevará al lugar donde ha nacido el niño.

Estrella: ¡Síganme, pastorcitos! ¡Vamos a Belén!

Pastorcitos: ¡Sí! ¡Vamos todos juntos a Belén!

Segundo acto

María y José se encuentran en el pesebre, cuidando al niño.

Narrador: Después de haber sido testigos de la feliz noticia que dieron los ángeles, los pastorcitos iban caminando alegres, guiados por la estrella de Belén, hasta el lugar donde se encontraban José, María y el niñito Jesús.

Pastor 1: ¡Miren, ahí está la madre!

Pastor 2: ¡Y ese debe ser el padre!

Pastor 3: Y ese niñito recién nacido, tan pequeño y tan hermoso, ese niño debe ser…

Pastor 4: ¡El Salvador del mundo!

Pastor 5: ¡Gloria a Dios en el cielo!

Todos: ¡Bendito y alabado sea el Señor, Dios del universo!

Al decir estas palabras, se escucha como música de fondo Noche de Paz y aparecen por detrás del pesebre el grupo de ángeles que había hecho el anuncio a los pastorcitos. Todos forman un semicírculo alrededor del pesebre, tratando de no dar la espalda al público, mientras cantan a coro la canción propuesta, tomados de las manos. ¡Todos a la casa de los abuelos!

Fuente

Franco Fabio Lezcano. Extraído del libro «El gran calendario escolar Mandu’arã».

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