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SAN IGNACIO, Misiones (Rafael Marcial Montiel, corresponsal). La expulsión de los jesuitas, episodio que ocurrió hace 250 años, fue representada, el Viernes Santo, en el Centro Cultural La Barraca de Tañarandy, distrito de esta ciudad. La obra maestra de Koki Ruiz describe a los sacerdotes jesuitas apenados y dolidos por la orden del rey Carlos III de España.
Los jesuitas fueron echados de los 30 pueblos de las reducciones. En los cuadros vivientes en Tañarandy se pudo ver a la fuerza del rey para hacer cumplir la determinación. Los comuneros y españoles criollos por su parte entraron por la pasarela instalada sobre la laguna, y reclamaron las tierras de los jesuitas.
Las escenas eran acompañadas con música barroca a cargo del coro de Ciudad del Este.
Una de las obras interpretadas fue El oboe de Gabriel, un tema clásico y litúrgico del músico italiano Ennio Morricone, de la película “La Misión”, que describe la melancolía y el dolor durante la expulsión de los jesuitas, tras 160 años de prosperidad y desarrollo económico, político, social y cultural.
La representación de Koki Ruiz tuvo como objetivo reflexionar sobre la misión y la expulsión de los jesuitas, a pesar de que las reducciones eran sociedades igualitarias y llenas de prosperidad.
Además de los cuadros vivientes, este año se recordaron los 25 años de tradición en Tañarandy, donde se conservan las costumbres de la gente de llevar en procesión a la Virgen Dolorosa, el descendimiento de Cristo de la cruz y el encuentro con la madre. Es uno de los cuadros que se presenta en cada Viernes Santo.
Los estacioneros y las peregrinas por su parte acompañaron el dolor de la Virgen Dolorosa con sus cánticos lastimeros, oraciones y llantos.
El espectáculo de Tañarandy fue seguido este año por más de 20.000 turistas provenientes de distintos puntos del país y del exterior, de acuerdo a los datos.
Centro de actividades
La compañía Tañarandy de San Ignacio se convirtió en el centro de las tradiciones en Semana Santa, donde se conjuga el arte, con la religiosidad, las tradiciones y la creencia popular.
Este año por las obras presentadas, el retablo dorado preparado de retazos de las marquerías y las candelas ofrecieron un marco ideal para vivir un Viernes Santo en medio de las creencias, las tradiciones y el arte.
El distrito de San Ignacio dista 225 kilómetros de Asunción y fue el centro de las Reducciones Jesuíticas.