Acusados se “turnan” para presentar chicanas

El juicio oral por la desaparición de G. 3.127 millones que el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) debía destinar a las comunidades indígenas de Sawhoyama y Yaye Axa no puede avanzar ya que los procesados sistemáticamente van presentando chicanas. La semana pasada por 16ª vez se frustró el juicio.

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Este millonario desfalco se dio durante la administración de Rubén Darío Quesnel, quien fue imputado al igual que Marlene Mendoza, exdirectora de administración y finanzas del Indi; Éver Otazo, exfuncionario del Indi; y Óscar Viera, expresidente de la Fundación Reforeast Par.

Todos ellos, según la acusación fiscal, estuvieron en la ruta en la que se desvió el dinero que tenía que ir a las comunidades indígenas, por eso se pidió juicio oral para los cuatro. La fundación Reforeast Par también jugó un papel preponderante porque fue utilizada para sacar el dinero.

Sin embargo, el tribunal de sentencia no puede proseguir con las diligencias debido a que los procesados incidentan el juicio con innumerables chicanas. Los acusados se “turnan” para cambiar de abogados, recusar a los jueces y presentar un rosario de incidentes que no deja que el juicio avance normalmente. Hasta la semana pasada 16 veces se tuvo suspender el juicio debido a las chicanas.

Los miembros del tribunal de sentencia Víctor Alfieri, María Luz Martínez y Elio Rubén Ovelar actualmente están recusados y denunciados ante la Fiscalía al igual que los miembros de la Cámara de Apelación integrada por los camaristas Emiliano Rolón, Arnulfo Arias y Carlos Ortiz Barrios por Rubén Darío Quesnel, quien dijo que se sintió amenazado cuando los camaristas recomendaron a los jueces levantar las medidas alternativas a la prisión que pesan sobre Marlene Mendoza, Éver Otazo y Óscar Viera, ya que no se someten a la justicia.

Sin embargo, Quesnel no puede sentirse amenazado de ir preso, ya que desde el 16 de abril 2015 está encerrado en la cárcel de Tacumbú al haber sido encontrado culpable y condenado a seis años y medio de prisión por haber vendido un asentamiento indígena en el 2012, por un valor mucho menor al que tenía.

Las chicanas son presentadas una tras otra por los acusados, es por eso que la Cámara le recomendó al tribunal que levante las medidas a los imputados que no se están sometiendo a la justicia y que la conducta de los mismos era inadecuada y está obstruyendo los procedimientos. El juez Víctor Alfieri recordó eso a los procesados. De eso se tomó Quesnel –quien es el único que no tiene nada que perder, ya que está preso– para presentar un tendal de recusaciones y denuncias contra jueces y camaristas.

Actualmente el expediente fue elevado a Apelación, se tiene que conformar una nueva Cámara y luego se deben resolver las recusaciones.

Pero una vez que se devuelva el expediente para que se retome el juicio oral, se supone que los magistrados levantarán las medidas de los acusados y ordenará la remisión a la cárcel de los mismos, atendiendo a que son litigantes de mala fe y no se someten a la justicia

Pendiente de este juicio están las comunidades indígenas de Sawhoyama y Yaye Axa, que esperan saber donde fue a parar todo el dinero que tenía que ser destinado para ellos y sobre todo que se castigue a los responsables del millonario desvío.

Dieciséis suspensiones de juicio oral y público son una exageración. Las víctimas esperan que se ponga freno a esta situación y que se deje trabajar a la Justicia.

victor.franco@abc.com.py

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