El juez Capurro se durmió y roncó en pleno juicio oral

En horas de la mañana del lunes 23 de noviembre el juez Penal de Sentencia Nº 15 de Asunción, Héctor Capurro, se durmió en pleno desarrollo de un juicio oral.

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Sus compañeros de Tribunal, Gustavo Santander y Juan Carlos Zárate, al igual que varios periodistas, abogados y presentes en la sala, donde desarrollaba el juicio, vieron y se sorprendieron por la forma en que dormía y roncaba el magistrado.

Por momentos abría y volvía a cerrar la boca, balbuceaba frases y parecía que en sueños disfrutaba de unos tragos, me comentó una colega que afirmó haber presenciado la singular dormida, cuyos detalles sirvieron para publicar al día siguiente una crónica del hecho.

La publicación valió la pena y marcó un singular récord, porque hasta ese entonces en el mundo tribunalicio se desconocían historias de jueces que duermen durante un juicio en el cual deben evaluar y decidir sobre la suerte de los enjuiciados.

En vez de disculparse y prometer no volver a dormir ni roncar nunca más durante un juicio oral, el magistrado dormilón envió una furibunda carta a nuestro director asegurando que solamente cerró los ojos para concentrarse y escuchar mejor a los declarantes. Una excusa que no la cree nadie.

“La publicación es mal intencionada y maliciosa”, afirmó el juez Capurro y aseguró que la crónica periodística sobre su sueño “pretende dañar mi imagen y trayectoria de 15 años al servicio de la magistratura nacional”.

Lo cierto es que en sus quince años de magistratura, él dañó su imagen al dormir en horario de trabajo. Cualquier juez que hace eso debe ser echado a patadas, según entendidos.

Antes que mostrarse enojado en su réplica escrita a la publicación periodística, Capurro hubiera reconocido que se durmió por cansancio, aburrimiento o haber farreado a la noche.

En vez de decir que cerró sus ojos para concentrarse, Héctor Capurro debió afirmar, con sinceridad, que fue superado por el sueño. No tenía necesidad de escribir una carta que insulta a la inteligencia y parece dirigida a imbéciles.

eruizdiaz@abc.com.py

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