El raudal que votamos

“Bienvenidos/as a Paraguay”

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Una vez más la desidia y corrupción se cobra una vida. La vida de una persona quien apenas cruzado el puente que limita una de nuestras fronteras la recibimos con un enorme cartel que reza “Bienvenidos al Paraguay”, pero que por causa de la indiferencia de la ciudadanía no se le puso otro cartel que diga “cuidado – peligro” pues cuando llueve se produce un fuerte raudal que las autoridades municipales, Essap y Erssan por negligencia y quizá corrupción, no se ocupan de proteger para evitar daños que lamentar.

Una ciudadana brasilera creyó que ingresaba a ese “país de maravillas” donde disfrutaría de unos buenos y agradables días de vacaciones, pero nadie la advirtió que esas “maravillas” son peligrosas, pero no por causa de la naturaleza precisamente, sino por la simple desidia de sus autoridades y de un pueblo manso que hasta hoy no atina a frenar los abusos y el fraude de políticos/as convertidos en autoridad, porque tienen aún miedo, un miedo que ha calado hondo en la piel de paraguayos y paraguayas que se traduce en la simple frase “así nomás luego es” y por tanto año tras año van, vamos a votar mansamente por supuestas nuevas figuras que al igual de ese juego de figuritas solo es eso, un cambio de figuritas para una democracia símil.

Lo que ocurrió con la Sra. Schiavo, arrastrada por el raudal apenas recién llegada a Asunción, nos lleva a reflexionar que aunque en derecho están previstos los “hechos fortuitos y/o fuerza mayor”, lo acontecido de ninguna manera puede encuadrarse en dichas figuras, porque el raudal que la arrastró y la mató se produjo sobre una calle bajo un arroyo que normalmente se desborda y en donde las barandas del puente no tienen ninguna protección, además de que no existe ningún cartel o señal que advierta el peligro, por lo que claramente surge la responsabilidad personal de las autoridades encargadas del cuidado de la ciudad y de los servicios de desagüe urbano y constituye una prueba de fuego para el Poder Judicial pues se pondrá en evidencia cuánta independencia tiene, y el saber, honestidad y coraje de sus magistrados/as.

Así como la inteligencia, erudición, de los/as abogados/as litigantes quienes por la instrucción recibida en las facultades de derecho, son los llamados con fervor a defender el dar a cada uno lo suyo con decencia y dignidad profesional.

Será un escenario para escribir una de esas interesantes historias urbanas.

También este evitable hecho nos debe llevar a reflexionar: ¿Cuánto aún de gestión municipal nos falta aprender a ciudadanos y ciudadanas?

¿Seguiremos votando a quienes nos hablan lindo pero no sabemos ni preguntarles cuánto de presupuesto destinaran a esto o aquello conforme a sus obligaciones establecidas en la ley municipal?
Seguiremos afirmando que “así nomás luego es en el Paraguay”? y por lo tanto la ley está en segundo, tercer u olvidado plano de importancia?

La Ley municipal dice:
CAPÍTULO III - De las Funciones Municipales
Artículo 12.- Funciones.
2. En materia de infraestructura pública y servicios:
a. la construcción, equipamiento, mantenimiento, limpieza y ornato de la infraestructura pública del municipio, incluyendo las calles, avenidas, parques, plazas, balnearios y demás lugares públicos;
b. la construcción y mantenimiento de los sistemas de desagüe pluvial del municipio;
11. Además, las municipalidades tendrán las siguientes funciones:
b. la prevención y atención de situaciones de emergencias y desastres

TÍTULO QUINTO - DE LOS BIENES MUNICIPALES
CAPÍTULO II - De los Bienes del Dominio Público
Artículo 134.-Bienes del Dominio Público.
Son bienes del dominio público, los que en cada municipio están destinados al uso y goce de todos sus habitantes, tales como:
d) los ríos, lagos y arroyos comprendidos en las zonas urbanas del Municipio, que sirven al uso público, y sus lechos;

La democracia no solo es ir a votar. El sufragio en democracia es un derecho, no una obligación y para ejercer un derecho debemos participar y para poder participar debemos conocer.

Saltar a votar, sin saber, para solo mencionar que participamos, es seguir permitiendo que más raudales, más Ycuá Bolaños, nos lleven a la muerte, hasta que alguna vez surjan quienes, al igual que la famosa frase romana griten: “Quesque tande abutare patienta nostra”, (hasta cuándo seguiréis abusando de nuestra paciencia) pero quizá ya sea tarde por la fuerza de la colisión que ello pueda representar.

(*) Abogada y docente universitaria.

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