Enseñar a amar los libros, noble labor

Observás a tu hermanito emocionado viendo en la tevé Alicia en el país de las maravillas y, luego, le preguntás si alguna vez leyó la historia. Su respuesta "no" es más que un gesto que denota que está más perdido que Reyes Magos en mayo. Tener la iniciativa de inculcar el amor hacia los libros es difícil, pero noble. Las atractivas ilustraciones de las historietas pueden ser un inicio para un futuro gran lector.

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Todos sabemos que la lectura es el pilar principal del aprendizaje; tampoco escapa de nuestro conocimiento la importancia que tiene el ser apegados a los libros desde temprana edad. Aprendiendo con cada texto, las aptitudes en la escuela y el cole tienden a aumentar bastante.

Lo más importante es que tu hermano entienda el contenido de la lectura, pues ¿cómo disfrutar de algo que no podemos comprender? Si queremos incentivar, tenemos que conquistar, lo cual no se logra si pretendemos que un niño lea a Augusto Roa Bastos, ya que en cada línea encontrará cinco palabras de cuyos significados no tendrá ni la más remota idea.

La tarea de buscar textos sencillos y atractivos no es tan difícil; las historietas, por ejemplo, son aliadas en la búsqueda de estimular al niño. Las simpáticas aventuras de CoquitoMan, el cómic paraguayo, atraen a cualquiera, pues las ilustraciones tienen la capacidad de atrapar la atención, especialmente de los niños.

Si te das cuenta de que a tu hermanito le cuesta mucho concentrarse en las páginas, tomá la iniciativa de leerle, de esa forma también sentirá que los libros encierran alguna historia que se descubre con el solo hecho de interpretar en voz alta sus líneas. De esta manera puede nacer un interés que luego lo impulsará a sentir la necesidad de adentrarse en la literatura por sí solo.

Acostumbrar a alguien a los textos no es tarea sencilla, pero sí muy noble. Lo más importante de la labor es lograr que ese amor hacia la lectura, que con mucho esfuerzo se busca inculcar, no se apague con el tiempo, sino que se mantenga siempre firme.

Por Dayhana Agüero Brítez (19 años)

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