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"Cuando era muy chica empecé con la natación.Como mi papá es profesor, iba detrás de él en los clubes, y desde los 12 años instruyo en este deporte y creo que es el más completo", afirma Tamara, quien enseña a niños de un año y a señoras de 70. "Cualquier persona puede practicarlo, inclusive quienes temen al agua, solo depende de la predisposición", expresa.
Asevera que algunos padres llevan a sus bebés para iniciarse en el deporte, primeramente, con una adaptación a las aguas, ya que si bien no realizan las brazadas, empiezan a dar diminutos pataleos. "Los niños pequeños son entrenados de forma personalizada, por ello, casi no existen riesgos. Los papás, muchas veces, llevan a los chicos porque desean que se despierte una vocación en ellos, o para vencer la fobia en el niño", explica.
"Siempre escuché acerca del paraguayo que nadó desde Concepción hasta Asunción, eso me inspiró y me propuse, por lo menos, atravesar medio río; lo cual logré, inclusive con la gran correntada", comenta. Confiesa que admira al estadounidense Michael Phelps, ya que, según explica, hace que la natación sea un espectáculo y parezca fácil.
Cuenta que el agua también debe contar con un cuidado especial para no dañar el cabello y la piel. "El cloro tiene una medida exacta", sostiene. Respecto al costo del deporte, afirma que es bastante elevado por la carencia de piletas olímpicas y, debido a ello, solo es practicado por personas de clase media para arriba.
"Aunque estoy alejada de la competencia, me gustaría retomarla y llegar a ser una excelente nadadora", confiesa. Afirma que también practica fútbol y balonmano, pero el agua siempre fue su mayor atracción. Además, comenta que posee propiedades terapéuticas. "Me gustaría ver crecer a este deporte. Ojalá llegue a ser importante como el fútbol e, inclusive, se transmitan en los medios televisivos los encuentros ", concluye.
Por Dayhana Agüero Brítez (18 años)