¡Estos celos me están volviendo loca!

Vas caminando con tu novio y, de repente, se cruzan con una exuberante rubia que los mira por un breve momento al pasar. Al instante, te llenás de unos celos intensos y empezás a atacar a tu pareja, preguntándole si conocía a la mujer o si acaso ellos dos tenían “algo”. Este tipo de reacciones injustificadas puede acarrear muchos problemas en tu relación, pues la desconfianza nunca es la base de una buena convivencia.

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Los celos en el noviazgo son una respuesta emocional que experimentamos en el momento en que nos vemos amenazados por la presencia de terceros en nuestra relación de pareja. Esta reacción, en pequeñas proporciones, no supone un gran problema para los involucrados, pero cuando nuestra mente empieza a ver engaños donde no los hay es cuando el nerviosismo y la incomodidad se apoderan de nosotros.

“No contesta el celular, seguro está con otra”; “le mira demasiado a esa chica, ¿será que le gusta?” son algunas de las ideas que se te pasan por la cabeza cuando la atención de tu novio no está totalmente centrada en vos. Peor aún, una vez recreada la imagen, sentís que se te acelera el pulso y que si no hacés tu reclamo en los siguientes minutos, vas a terminar explotando.

No hay nada peor que los celos infundados y reiterativos, pues acarrean desconfianza e incertidumbre en el noviazgo. El paranoico duda de la fidelidad de su pareja; registra gestos, miradas y frases compartidas con otros, tratando de hallar la traición en ellos. Por otro lado, la víctima de los ataques vive con el constante temor de ganarse una nueva acusación, seguida de una discusión en la que intentará demostrar su inocencia.

Lo más prudente es evitar que tu imaginación tome rumbos tan dramáticos porque sufrís vos e incomodás a tu pareja. Recordá que una relación sana y bien encaminada es aquella basada en la confianza mutua, un espacio en el que uno puede disfrutar de la compañía del otro, sin necesidad de condicionar sus acciones y su relacionamiento con los demás, solo por evitar un injustificado arranque de celos.

Por Viviana Cáceres (18 años)

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