¡La maestra, el amor imposible!

Por Carlos Gómez de la Fuente (16 años)

En la adolescencia es cuando el varón o la mujer toman muy a pecho a sus amores imposibles, sabiendo bien que jamás van a poder estar a lado de él o ella. Los dos casos más comunes se dan cuando no son de la misma clase social que el/la otro/a; y por tener muchos años menos de edad que su “amor irrealizable”. En estas situaciones, lo único que pueden hacer los jóvenes es aprender a callar ese sentimiento que tanto quieren expresar.

Existen las atracciones por razones de belleza. Como los jóvenes viven en el siglo de la imagen, el peso del aspecto corporal parece fundamental, y lo es, salvo que, para una cuestión espiritual tan profunda como el amor, crean que no importa el aspecto físico. Solo para aquellos adolescentes que se enamoran de la belleza de una persona es imposible acceder al individuo, pues piensan que todo tiene que ver con el tráfico de apariencias e imágenes.

Las novelas se han cansado de explotar el tema de los amores imposibles, sobre dos enamorados separados por un abismo entre sus clases sociales. Para este tipo de sensación es fácil de hallar una solución: el chico o la chica tiene que jugarse por sus sentimientos y emociones. Aquí no hay, como en otros casos, consecuencias que con su decisión de seguir adelante con su amor paguen los demás.

Los jóvenes, a tan corta edad ya se ponen metas y se esfuerzan para lograrlas, pero cuando escuchan que ese anhelo es inalcanzable, se dejan estar. Para el amor nada es imposible; los adolescentes tienen que lograr lo que se proponen: que no importen las clases sociales ni las edades. ¡No hay fronteras que puedan detener al espíritu teen!