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Los adultos mayores cosechan todo lo que sembraron, muchas veces gozan del cuidado que les brindan los hijos agradecidos a padres que han sabido dar todo por amor.
La doctora Elena De Mestral, geriatra, indicó que todos debemos prepararnos para la vejez. ¿Qué significa esto? Que tendremos mucho tiempo libre, sin obligaciones, quizá estaremos solos en la casa mientras los hijos salen a trabajar y los nietos van a la escuela. Pero ¿qué planeo hacer cuando llegue esta etapa de mi vida? ¿Cómo voy a seguir colaborando con mi familia? ¿Cómo pasaré el tiempo? Ahora quizá estemos viviendo esto con nuestros padres o abuelos, pero luego seremos nosotros los que estaremos en esta situación.
Aspecto social
Señaló la doctora que el aspecto social es muy importante; se ha comprobado que las personas mayores que mantienen una vida social activa tienen mejor memoria que aquellas que han renunciado a salir con amigos o realizar algún otro tipo de actividad social.
“Frecuentar los amigos con visitas o por medio de llamadas telefónicas, compartir con la familia, con los nietos y bisnietos, así como, si es posible y si hay interés, se puede usar internet para poder comunicarse con las personas queridas”, resaltó.
También agregó la profesional otras ideas como ser parte de algún grupo de adultos mayores del barrio o de la municipalidad. Algunos juegan a las cartas (solos o acompañados) o se reúnen a jugar póker, etc. Todo está bien, pero hay que ayudarlos a encontrar actividades y que no se sientan muy solos durante el día, que no se acuesten todo el día. Lo importante es proponerles siempre algo según su centro de interés.
Ayudar en casa
“La ayuda en la casa es también necesaria, puede ser con la preparación de las comidas, arreglar el ropero, ordenar las ropas, controlar a los niños los deberes de la escuela. A veces hay riesgo de caídas, entonces los familiares temen y prácticamente prohíben a los ancianos caminar o tener actividades, pero la inactividad resulta dañina para los adultos mayores”, resaltó la profesional.
A menudo ellos sienten que son una carga, que ya no pueden ayudar, que no sirven para nada y eso es terrible. “Entonces hay que encontrar pequeñas actividades para que sigan participando del núcleo familiar y así se sientan valorizados”, agregó la doctora.
“En esta etapa de la vida se puede seguir desarrollando y creciendo en la dimensión espiritual, es decir, pueden pintar, regar las plantas, escuchar música, participar de un coro, leer poesías, buenos libros. A otros les gusta escribir o ver televisión. También pueden seguir desarrollando su creatividad a través del crochet, por ejemplo”.
La edad adulta supone cambios, a veces dolorosos, y es mejor enfrentarlos en familia, con alguna actividad de su predilección.