Tos alérgica

El Dr. Manuel Ratti, alergólogo, refiere que se denomina tos alérgica a aquella tos seca, irritativa, en la que no encontramos una causa aparente que explique su presencia.

–¿Los niños así como los adultos son propensos a padecerla?

–Sí. Son comunes las irritaciones de garganta, producidas por goteo nasal hacia la parte posterior de la nariz, así como la generada por reflujo gastroesofágico, hasta un broncoespasmo mínimo, que es el cerramiento bronquial que todavía no produce chillidos de pecho.

–¿Por qué la tos siempre ataca con más énfasis por la noche?

–Además de que el decúbito (acto de acostarse) cambia la gravedad y facilita que las secreciones lleguen a la garganta, el motivo fundamental del empeoramiento nocturno es por el ritmo circadiano de secreción de substancias reguladoras, es decir, por la noche disminuyen las secreciones de adrenalina y cortizol, que son substancias que defienden al organismo, por eso la tos empeora a la noche.

–¿Qué recomendaciones brinda a aquella persona que ya no sabe cómo calmar la tos en plena madrugada?

–Recordar que las medidas caseras ayudan poco o nada, pues primero se deben identificar la causa de la tos y desde ahí tratarla. En general se debe medicar para dilatar los bronquios, desinflamar la mucosa respiratoria y bloquear la tos. Cuando no se diagnostica la causa y no se medica correctamente, la tos puede cronificarse y durar semanas, incluso meses.

–¿Una vez hecha la consulta con el profesional qué medicaciones recomendará?

–Cada tos tiene su causa y, por supuesto, un tratamiento específico, ya que no toda tos irritativa alérgica tiene el mismo tratamiento. Los broncodilatadores, corticoides inhalados y antitusivos, son los actores principales, pero no olvidemos a los antihistamínicos, ya que muchas veces un goteo de la nariz hacia la parte posterior de la faringe puede ser la causa de la tos.

–¿Qué precauciones se deberán tener en el hogar?

–Los cuidados de limpieza para evitar la presencia de polvo y humedad, muy nocivos para los alérgicos. Con los niños, abrigarlos adecuadamente, pero no exagerar, pues eso lleva a hacerlos sudar y terminan enfriándose al secarse el sudor. Evitar los olores fuertes, como los vapores de eucaliptus, que muchas veces irritan más las vías respiratorias antes que calmar la tos.