Cargando...
Hace varios años que unos parientes la recogieron, al ser vendida la casa donde residía, en la compañía Ko’ê Rory de Juan León Mallorquín. Ahora está al cuidado de Andresa Paredes de Candia, porque la nonagenaria quedó prácticamente sola, sin nadie que la proteja.
“Su hijo le había dejado a cargo de una señora hace casi siete años, pero cuando se vendió la casa donde vivían, me llamó esa señora y me dijo que la trajera, ya que se tenía que ir del lugar. Entonces le traje, y su hijo vino a verle una vez, como un año después de traerle acá, pero desde esa vez no ha vuelto a visitarla”, expresó doña Andresa.
A su vez, Silveria Bordón dijo que lo que más desea antes de morir es volver a ver a su hijo.
En el momento de nuestra visita, un grupo de estudiantes del colegio Espíritu Santo se encontraban en el lugar para hacerle compañía. Según dijeron, habitualmente la visitan y le traen alimentos.