Los implicados en el crimen de Pablo Medina

De acuerdo a la investigación realizada en conjunto por la Fiscalía y la Policía, cuatro hombres -todos ellos del clan Acosta Márques- estuvieron involucrados en el asesinato de Pablo Medina y Antonia Almada. El único detenido habla de otro más.

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Eran cerca de las 07:00 del jueves 16 de octubre de 2014. Como habituaba, Pablo Medina se hizo sentir en el grupo de WhatsApp de los corresponsales de ABC Color. Si no se trataban de cuestiones laborales, el periodista encargado de la zona baja de Canindeyú siempre aparecía con alguna ocurrencia, aunque esta vez avisaba a la redacción de Asunción de las coberturas que tenía planeadas para la jornada.

“Buen día, jefa. Voy a la Colonia Ko'e Pora de Villa Ygatimi, Ara Verá y Crescencio Gónzalez del distrito de Ypehú, del departamento de Canindeyú”, decía el mensaje. El texto mencionaba que habría una intervención de la Federación Nacional Campesina (FNC) por fumigaciones y que avisaría cuando regrese por “la tardecita”.

El aviso nunca llegó.

Mientras regresaba de la cobertura, Pablo fue sorprendido por dos hombres vestidos con ropa camuflada a los que confundió con militares con los que venía trabajando en algunas investigaciones desde hacía semanas. Apenas detuvo su camioneta, uno de ellos confirmó su identidad y acto seguido abrieron fuego contra él y su acompañante, Antonia Almada. Eran alrededor de las 14:32.

¿Quiénes eran aquellos hombres? y ¿Por qué mataron de una manera tan brutal al periodista y a la joven?

Para la Fiscalía no quedan dudas. Cuatro hombres estuvieron directamente involucrados en el crimen de Pablo y Antonia. Todos ellos pertenecientes al clan Acosta Márques, un grupo familiar vinculado al narcotráfico y a una larga lista de muertes violentas en la zona baja del departamento de Canindeyú y para el que Medina representaba una piedra muy molestosa en el zapato.

De acuerdo a las conclusiones de la investigación realizada por la Fiscalía y la Policía, el crimen fue ideado y encargado por el líder de este clan familiar, Vilmar “Neneco” Acosta Márques, quien en aquel entonces era intendente de Ypejhú, un distrito ubicado a 330 kilómetros de Asunción, en la frontera seca entre Paraguay y Brasil, una locación que lo convierte en vital para el narcotráfico.

La decisión de liquidar a Pablo habría sido tomada semanas antes, durante un asado entre varios capos del crimen organizado que operaban en la zona y para los que la presencia de Pablo generaba importantes pérdidas económicas.

Para cumplir con el cometido, Vilmar encargó la tarea a su hermano Wilson Acosta Márques y a uno de sus sobrinos, Flavio Acosta Riveros. El primero es vinculado a una larga lista de asesinatos perpetrados tanto en territorio paraguayo como en suelo brasileño.

De hecho, los primeros problemas de Pablo con Vilmar llegaron luego de que el periodista publicara una serie de notas sobre la detención de Wilson en Brasil, tras ser vinculado con el asesinato de miembros de una familia rival de los Acosta, cuando Neneco era aún aspirante a la jefatura comunal.

Flavio se habría encargado de seguir a Pablo durante el recorrido de más de 100 kilómetros que había realizado aquella jornada para llegar a su cobertura. Además, se encargaba de reportar constantemente de la situación de Vilmar y Wilson.

Se presume que Wilson habría sido quien se encargó de disparar el escopetazo a la cabeza de Pablo, el tiro que habría sido el de “gracia”.

El cuarto hombre implicado según la Fiscalía es Arnaldo Javier Cabrera, quien durante años trabajó como chofer de Neneco, siendo hombre de confianza del político colorado. Este último habría actuado como cómplice a la hora de la huida. Hasta ahora, es el único detenido del caso.

Sin embargo, el mismo Cabrera confesó tras ser detenido que él fue uno de los pistoleros que terminaron con la vida de Pablo y Antonia. Además, se encargó de involucrar a un quinto hombre: Lorenzo Acosta Márques, otro hermano de Vilmar, que se habría encargado de buscarlos tras cometer el crimen.

Según Cabrera, Flavio hizo las veces de campana mientras se perpetraba el doble crimen. Para la Fiscalía, los elementos probatorios involucran solo a estos cuatro hombres y prácticamente está descartada la posibilidad de un implicado más.

Faltan apenas días para que se cumpla el primer aniversario del doble crimen. Mientras tanto, hay un solo detenido, dos siguen prófugo y el supuesto autor intelectual inventa argucias legales para tratar de evitar que lo extraditen desde Brasil.

juan.lezcano@abc.com.py - @juankilezcano

Infografía: Rodrigo Pujol (rodrigo.vergara@abc.com.py - @PujolRodrigo)

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