Tecnología para superar las barreras del cuerpo

En Paraguay surge una esperanza para aquellas personas que -por accidentes u otras circunstancias adversas- quedaron cuadripléjicas. Investigadores de la UNA desarrollaron un software que permite comunicarse y controlar la computadora sin usar las manos.

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La computadora, en los últimos años, se ha convertido prácticamente en una extensión del cuerpo de niños, jóvenes y adultos a la hora de realizar diversas actividades como escribir correos, enviar mensajes o diseñar proyectos.

Sin embargo, estas labores son prácticamente imposibles para quienes no pueden mover el cuerpo desde los pies hasta la cabeza, lo que clínicamente se conoce como cuadriplejia. Las personas con este diagnóstico requieren de ayuda para casi todo lo que precisen hacer.

Pensando en esta problemática y -principalmente- las dificultades para comunicarse, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) trabajó en herramientas informáticas capaces de devolver a este tipo de pacientes la esperanza de incluso volver a trabajar. Sí, se trata de un avance elaborado en Paraguay, que también debe ser conocido por los buenos emprendimientos.

“La idea es abrirles una ventana a las personas que quieren comunicarse y sacarles de esa burbuja en la que ellas están encapsuladas”, expresó al respecto el profesor José Núñez, integrante del Grupo de Investigación en Ingeniería Biomédica (GIIB).

Pero antes de ver cómo funciona esta tecnología es necesario comprender qué es la cuadriplejia, aunque cabe mencionar que el conjunto de herramientas desarrolladas pueden ser útiles para personas que tienen diferentes tipos de parálisis, incluso más severas.

El neurocirujano Miguel Velázquez definió la cuadriplejia como un defecto sensitivo y motor originado por la lesión de la médula espinal a nivel cervical, que -dependiendo de la altura- puede implicar o no compromiso de la función respiratoria.

La causa más común está asociada a los accidentes de tránsito, pero también puede deberse a tumores o problemas relacionados a la degeneración de la columna vertebral, malformaciones vasculares y sangrados a nivel medular.

“La cuadriplejia no afecta la inteligencia, pero obviamente hay que manejar muchísimo el tema emocional porque el paciente puede deprimirse por su condición, ya que está absolutamente lúcido pero dependiente de otros hasta para sus necesidades más básicas”, relata el especialista.

El neurocirujano agrega que las personas con cuadriplejia pueden volver a trabajar, “porque es la motricidad la que está afectada, entonces pueden desempeñar labores intelectuales”, refiere.

En 2012, de 15.607 personas encuestadas en la Región Oriental, el 19,39% tenía algún tipo de discapacidad, ya sea visual o mental, por dar algunos ejemplos. De ese porcentaje, que se traduce en 3.026 habitantes, el 18,54% sufría un tipo de déficit físico, según la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (Jica), datos que utilizaron los investigadores para dar puntapié al proyecto.

Mientras que la Dirección General de Información Estratégica en Salud, dependiente de la cartera estatal, informó que en 2016 se registraron 613 consultas en instituciones públicas por parálisis corporal, entre ellas cuadriplejia. 

El Grupo de investigación en Ingeniería Biomédica (GIIB) de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), entre cuatro paredes blancas y algunas herramientas informáticas, va estructurando ideas para tratar de asistir a personas con limitaciones corporales.

Así, el equipo desarrolló un software modular capaz de adaptarse a otras tecnologías. “Hicimos uno de reconocimiento de imagen para controlar el cursor de la computadora”, acota el Ing. Benjamín Recalde.

Luego de instalarlo en la computadora, se le debe colocar al paciente un trazador en la frente, que en este caso se trata de un círculo verde. La webcam debe reconocer el punto y calibrar. Luego, el cursor se direcciona de acuerdo al movimiento de la cabeza y es posible manejar las otras funciones del mouse con un comando de voz.

“Juntos trabajan para tener un control total del ordenador para transmitir un contacto con el ordenador, en caso de que no pueda expresarse o quiera comunicarse con un familiar lejano. Se puede usar también con un dispositivo de control ocular. Además, hay sistemas que trabajan con el control de la mano, si es que todavía tiene leves movimientos”, comentó.

El trazador que hizo el equipo de investigadores para la prueba consistió en un papel cortado en forma circular y pintado de verde. El mismo puede elaborarse de cualquier material, como goma eva o cartulina, pero debe poseer las dos características: misma forma y color. Hay que agregarle alguna cinta o vincha para lograr que se quede en la frente.

“Con el comando de voz también se trabajó para hacer controles externos, por ejemplo el control de la ventilación, que es ya una ramificación, pero todavía forma parte del proyecto. También hay casos en los que la persona, al no poder utilizar comando de voz, puede utilizar el cursor para localizar un pictograma”, acota Recalde.

En ese sentido, el programa podría ayudar a personas que presentan una falta de movilidad más severa que hasta les dificulte hablar. Entonces se les muestra imágenes que representan funciones y el paciente puede guiar el cursor hasta el punto que desea, por ejemplo, si tiene hambre, hasta el ícono que ilustra esa necesidad o el dolor que siente.

“Hay gente que no tiene ningún tipo de movimiento pero sí es consciente, es como que está atrapada en su cuerpo. Tiene esa capacidad cognitiva de saber lo que está pasando y poder comunicarse. Entonces, ahí entra a trabajar el software que hicimos, dependiendo de la limitación que tengan”, enfatiza César Yegros, coordinador del equipo.

El profesor José Núñez relató un caso particular que ocurrió durante las pruebas del proyecto. Una persona padecía de dolor durante alrededor de dos meses y no podía hablar. Los médicos ya le habían hecho varios estudios y no lograban comprender de qué se trataba. Luego, mostrándole algunos pictogramas, entendieron que le dolía la muela.

“Para resolver casos como estos es que sería bastante útil, por ejemplo, una de las funciones de este software”, indica.

Lo que le faltaría a este proyecto es hacer mayores pruebas a varias personas en caso de déficit motor severo y ajustar la tecnología para que funcione correctamente. Luego, trabajarán en los aspectos administrativos para elaborar la licencia y poder lanzarlo como un servicio.

“Este tipo de experimentos también lo realizan otro tipo de universidades, le ponen una licencia y alzan el link en su página web, para que esté disponible para las personas. Nuestra proyección es que esto esté habilitado para el público. Es más, nosotros somos una universidad pública y justamente los fondos del Estado se dan para que nosotros investiguemos para la sociedad”, aclara Núñez.

Realizar este proyecto ha requerido una dedicación de casi tres años de tiempo y la suma de G. 90 millones aportada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

“Presentamos el proyecto al Conacyt y tuvimos la suerte de que esta institución reconoció su importancia y accedió a financiarnos”, explica César Yegros.

Es el Grupo de Investigación en Ingeniería Biomédica, que depende de la Dirección de Posgrado de la Facultad Politécnica (UNA) y que trabaja desde 2012 en diferentes líneas de investigación. “No solo en el área de tecnología asistida, sino en el área de telerrehabilitación y en la parte de protección radiológica”, enfatiza César Yegros, coordinador del grupo.

El equipo está integrado por seis personas y quienes trabajaron en este proyecto son: el profesor José Núñez, César Yegros, Luciano Benjamín Recalde y Carolina Villegas, todos docentes investigadores de la facultad.

Yegros acotó que la biomedicina no es un área muy desarrollada en Paraguay. "Muchas veces no se conoce esta clase de proyectos ni la ayuda que se puede dar a personas con limitaciones, que son muchas en nuestro país. Justamente, la parte de tecnología asistida es para tratar de ayudar a ese porcentaje”, subraya.

 

Los integrantes del equipo insistieron en que las personas con alguna discapacidad acudan a ellos para ver si estos proyectos les serán útiles. Además, se pueden acercar los pacientes que quisieran participar de las pruebas para ir ajustando el proyecto.

Así también, están dispuestos a conversar con profesionales en medicina que tengan alguna idea de qué se puede hacer para que esta tecnología sea más efectiva. Para el efecto, están habilitados el correo a giib.fpuna@gmail.com y el teléfono (021) 588-7214.

“Es importante mencionar que nosotros también manejamos información de otros softwares similares a los que estamos desarrollando, por lo que las personas pueden comunicarse con nosotros y les podemos orientar para decirles cuáles son las herramientas que pueden utilizar”, afirma José Núñez.

El GIIB sigue trabajando en otros prototipos que también pueden ser de gran ayuda para pacientes con discapacidad motora. En ese sentido, la kinesióloga Laura Quintana, especialista fisioterapeuta en el área neurológica, que también colaboró para este software, comenta sobre una nueva tarea en la que está enfocado el equipo de investigadores.

En este caso se trata de un exoesqueleto, una especie de robot que colaborará en la rehabilitación de la marcha en niños que sufrieron algún daño cerebral. Afirma que con este tipo de tecnologías se puede insistir en la frecuencia, puesto que tratar de hacer gatear a un menor que no puede mover sus extremidades requiere de un gran esfuerzo físico de parte de las personas que trabajan en este propósito.

Lamentablemente, en nuestro país hasta el momento no hay muchas herramientas facilitadoras en el proceso de rehabilitar a personas que presentan algún tipo de discapacidad, por lo que estas herramientas serán un gran avance para el país. “Puede optimizar tal vez ese trabajo y llegar más rápido a un objetivo”, refiere la especialista.

César Yegros recalca que tienen muchos proyectos en mente para los cuales necesitan apoyo. “Estamos buscando la firma de convenios o fuentes para financiar las investigaciones de los proyectos que estamos empezando, que vemos que son necesidades en nuestra sociedad”, anuncia.

En este equipo sobran las ganas e ideas, pero requieren de mayor visibilidad y apoyo monetario para poder continuar concretando iniciativas como este software, que devolverá a personas con déficit motor severo la posibilidad de comunicarse con mayor fluidez e incluso a trabajar y sí, cabe recalcar, fue hecho en Paraguay.

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