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Historias por montones existen de personas que entran y salen de la cárcel. Los motivos son muchos, pero existe una pequeña porción de internos que ya no quieren ser encarcelados, pero no cuentan con esa segunda oportunidad y terminan cayendo en el sendero equivocado.
¿Qué hace un reo que logra su libertad tras largos años de encierro? Por lo general su familia ya lo abandonó y tiene trabajo, tampoco donde ir. “Cuando salí de la cárcel, no tenía trabajo y lo primero que hice fue lo que siempre hice y lo único que sabía... que era robar”, había confesado en una nota Ricardo Rojas Ravinovich.
Carlos Paiva, quien fue condenado a 25 años de cárcel por la muerte de la joven Lourdes Pino, a quien estranguló y cuyo cadáver dejó en un motel de Lambaré, luego de pasar casi 20 años tras las rejas, perdió a su familia y cuando le tocó salir, deambuló, tal vez arrepentido de su error y al no querer volver a la cárcel, no encontró otra salida que quitarse la vida.
Estos son solo dos historias de las miles que existen de personas que luego de estar tras las rejas no encontraron un rumbo en una sociedad que les cierra las puertas por su pasado. Sin embargo dentro del plan de reinserción que se viene aplicando en varias Penitenciarias, no solo se queda en la instrucción de los internos en oficios, sino que también le dan una ayuda al salir de la cárcel dándole lugar donde dormir y vivir unas semanas.
El albergue pospenitenciario para hombres funciona a pocas cuadras de la misma cárcel de Tacumbú, el sitio tiene espacio para que 30 personas puedan vivir por un lapso de un mes en el sitio. La idea es darle un alojamiento transitorio para los internos que no tienen donde ir o que tal vez tengan que poner en regla sus documentos y buscar algún empleo.
El lugar está a cargo del sacerdote Luis Arias, quien trabaja con los reos en su paso a la libertad. Como este sitio también existe otro destinado a las mujeres pero que tiene que ser refaccionado y se quiere inaugurar para fin de año.
La Pastoral Social donó el predio que era de una monjas que está ubicado en Itauguá y el mismo será reacondicionado, para que también las mujeres que obtengan su libertad puedan estar en el albergue un tiempo. Está proyectado luego hacer otro sitio para menores infractores.
Porque el preso no solo aquel que está tras la rejas, también es aquel que al salir no tiene un acompañamiento.