Tratamientos de ansiedad y depresión con animales

El contacto con una persona deprimida no es fácil, incluso para los psicoterapeutas. Imagínese una sesión terapéutica en la que un perro retoza alegremente alrededor del paciente y con la mirada le expresa que quiere ser acariciado.

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Esto puede aliviar la situación considerablemente y es por eso que a menudo se utilizan mascotas como coterapeutas.

"Especialmente en el tratamiento de trastornos de ansiedad y depresión se pueden lograr grandes resultados con terapia asistida con animales", señala Arno Deister, médico jefe del Centro de Medicina Psicosocial del hospital de Itzehoe, en Alemania.

"Por ejemplo, personas que sufren depresiones tienen dificultades de establecer contacto con otras personas y generar confianza", explica Deister.

Un perro es entonces una buena manera de romper la barrera, siempre y cuando tanto el paciente como el terapeuta hayan tenido en el pasado experiencias positivas con este tipo de mascotas. El animal actúa como un "abridor de puertas" entre ambos.

Que los animales pueden influenciar en el estado de ánimo de las personas está confirmado empíricamente, señala Deister en referencia al estudio estadounidense sobre depresión y zooterapia de 2007.

"Las personas depresivas, pero también los ancianos y enfermos mejoran su estado de ánimo cuando tienen contacto con los animales", indica sostiene Deister, presidente de la Sociedad Alemana de Psiquiatría Psicosomática y Neurología (DGPPN).

Los animales también ayudan a personas con trastornos de ansiedad. "El que tiene miedo está tenso y un animal ayuda a la relajación", señala el especialista.

Un estudio realizado en 2009 con niños autistas reveló que estos estaban más dispuestos a comunicarse después de una clase de equitación. Y en otra serie de estudios del año 2006 se demostró que la terapia asistida con animales también puede resultar positiva en pacientes con demencia. Asímismo, hay evidencias de que los animales reducen el estrés en las personas.

"El paciente ni siquiera tiene que tener algún tipo de vínculo con la mascota", asegura la bióloga Cornelia Drees, que emplea animales en su trabajo.

Uno de los secretos del efecto que provocan los animales sobre los seres humanos podría ser que los animales no emiten juicios de valor. "Aceptan a las personas con todas sus fortalezas y debilidades", sostiene Deister, presidente de la Sociedad Alemana de Psiquiatría Psicosomática y Neurología (DGPPN).

Además de las terapias, también existen las denominadas intervenciones asistidas por animales, es decir, actividades que se realizan con animales.

Drees es especialista en este tipo de intervenciones asistidas. Ella visita residencias para personas mayores o con discapacidad, jardines de infantes o escuelas.

La especialista invita a los participantes a que se unan en un círculo. Los animales -cobayos, perros, conejos o gallinas- están en el centro. Mientras Drees les cuenta de dónde viene cada mascota, lo que le gusta y no le gusta, va observando el comportamiento de los pacientes y por cuál de los animales se sienten más atraídos. Luego les da tareas específicas, que pueden ser por ejemplo "acariciar a un conejillo de Indias para hacerlo feliz".

El paciente fortalece su autoestima cuando nota que con sus caricias el animal se siente cómodo. Sin embargo, también es importante que se preste atención al bienestar del animal.

"Solo animales relajados y contentos pueden tener un efecto positivo en las personas", asegura Drees.

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