Besarse no está de moda; las redes sociales, sí

ROMA. El beso aumenta el afecto hacia los seres queridos y provoca una fuerte descarga hormonal en la pareja. Empero, a menudo, las personas se olvidan de besar por trabajo excesivo o por la fijación en las redes sociales.

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Así lo destacó un estudio realizado en ocasión de la Jornada Mundial del Beso, que se celebró el 6 de julio (aniversario del primer beso que entró en el Guinness, 31,5 horas, en 2005, en el Reino Unido) por cuenta de “Perugina”. La investigación se llevó a cabo entre 4.000 italianos, hombres y mujeres de edades comprendidas entre los 18 y los 65 años, y un panel de 60 expertos entre psiquiatras y psicólogos.

Siete expertos sobre 10 (72%) mencionan que besar ayuda a vivir mejor porque junta numerosos aspectos positivos. El 20% refuta este gesto positivo, pero no esencial y el 8% tiene dudas sobre el valor del beso. ¿Pero cuáles son los efectos positivos del beso? En el 72% de los casos recibir un beso aumenta el afecto entre las personas. Además de ello, el contacto entre los labios de dos personas provoca una importante descarga hormonal (65%) que permite a hombres y mujeres sentirse más atendidos y seguros, tanto en la pareja como en las relaciones de amistad (beso en la mejilla).

Desde el punto de vista emotivo, el beso da más seguridad al individuo (57%), que afronta la jornada de mejor humor. ¿Pero por qué los italianos descuidan el beso? En la mayor parte de los casos admiten que tienen poco tiempo para besar y también a causa del trabajo (39%). Las redes sociales (26%) hicieron por otra parte que gestos como el beso pierdan su cotidianeidad. Y en tercer lugar, por falta de tiempo (20%).

“El beso, tanto amistoso como pasional, es importante en el comportamiento pro-social”, afirma el psiquiatra Michele Cucchi, director de salud del Centro Médico Sant’Agostino de Milán. “Lamentablemente, es un gesto o muy ritualizado u olvidado, casi extinto, sobre todo en las parejas”, agregó. “Con el beso del enamorado (boca a boca) se intercambian feromonas, que son las moléculas de la atracción sexual”, prosigue Cucchi. El hombre transmite además testosterona, excitante para la mujer. Los besos dan un impulso directo al rinencéfalo, que es el área antigua de nuestro cerebro que permite la excitación sexual”.

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