El sueño roto de los sirios que vuelven a sus hogares

ALEPO. Kafa no pudo dormir durante varios días, tal era su excitación a la idea de volver a su hogar en el este de Alepo. Pero, una vez ahí, su sueño se derrumbó frente a su casa devastada.

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Kafa Jawish, de 36 años, forma parte de los centenares de sirios que retornaron a sus barrios del este de la metrópolis, en manos de los rebeldes hasta que las fuerzas del régimen los reconquistaran en los últimos días.

Sentada en el autobús fletado por el gobierno, y que se dirigía a su barrio de Haydariyé, Kafa apenas puede ocultar su alegría.

“Dejé mi casa hace cuatro años, estoy tan feliz a la idea de volver a verla” , exclama, mientras el vehículo dejaba los barrios gubernamentales.

Junto a su marido, Tajeddin Ahmed, la mujer se proyecta ya hacia el futuro, un futuro en el que se ve su casa tras haber vivido cuatro años en el barrio de los Siríacos, en el centro de Alepo.

“Poco importa el estado de la casa. Estamos hartos de pagar un alquiler” afirma. “¡Queremos nuestra casa, nuestra familia, nuestros vecinos!"

La pareja había huido de Haydariyé en julio de 2012, dejando todo tras ellos, cuando los rebeldes se apoderaron de los barrios del este de la ciudad.

Mas de la mitad de la población siria ha sido desplazada por la guerra, iniciada en marzo de 2011 tras la sangrienta represión de manifestaciones pacíficas prodemocracia. La guerra ha causado más de 300.000 muertos.

“Realmente espero que encontremos la casa en buen estado” confía Tajeddin, de 45 años. Suena su teléfono: un antiguo vecino, que no ha podido venir, le pide que eche un vistazo a su casa.

Kafa espera también que su barrio no se haya visto demasiado afectado, diciéndose que está lejos de la línea del frente y de los combates más violentos. El régimen lanzó el 15 de noviembre una ofensiva para recuperar los barrios aún en manos insurgentes, y castiga diariamente a Alepo-Este con un diluvio de fuego.

A medida que el autobús se acerca a Haydariyé, Kafa y su marido se hunden en el silencio. Con la cabeza gacha, Tajjedin murmura una oración, mientras desfilan los edificios destruidos, las ventanas destrozadas, las casas en ruinas o saqueadas, los cráteres en la calles.

El autobús se adentra lentamente en el barrio. Al fin llegan a la casa de Kafa y Tajjedin. Ante el hogar semidestripado, Kafa rompe a llorar.

No hay ya puerta de entrada y la mayoría de las ventanas están dañadas. Imposible entrar. Sobre la punta de los pies, Kafa y Tajeddin intentan ver el interior de su antiguo apartamento a través de una ventana de la planta baja.

“Eramos tan optimistas, pensaba gritar de alegría (...) pero ahora nos hemos encontrado con una casa inhabitable” se queja Kafa, con la mirada llena de lágrimas. “Hemos trabajado durante años para tener una casa, hemos comprado cosas poco a poco, una lavadora y luego una refrigeradora, y ahora no hay nada en la casa, y todo está destruido ¡Dios mío!” .

“¿Cómo vamos a volver a empezar desde cero?” se interroga Kafa. “¿Quien va a ayudarnos. Todos nuestros familiares están en la misma situación que nosotros” , añade. Y concluye: nuestra vida de antes “se ha convertido en apenas un recuerdo” .

 

N. de la R.

En esta galería de imágenes, el momento en que Kafa y Tajeddin regresan a su hogar destruído en Alepo.

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