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Si los catalanes ya no quieren ser españoles tienen derecho a desvincularse.
Pero deben hacerlo en forma institucional y siguiendo el proceso establecido en la Constitución que se comprometieron a acatar.
Cataluña no es una colonia, como lo fueron los países de América Latina.
A nosotros nadie nos preguntó si queríamos o no queríamos ser parte del Reino de España.
Y, ciertamente, no tuvimos participación en la creación del acuerdo de Bayona, a veces mal llamada “Constitución de Bayona”, de 1808.
Los catalanes, sin embargo, participaron con representación y aceptaron la Constitución vigente comprometiéndose a acatarla.
¿Cómo sabemos que la mayoría quiere dejar de formar parte de España? Un plebiscito «a lo Luque» (informal) no basta.
El plebiscito debe garantizar que todos tuvieron la misma oportunidad de participar y que el conteo se hizo sin trampa…, entre otras cosas.
Además, se debe establecer cómo será la relación entre Cataluña y el Reino de España: los límites, la ciudadanía, las pensiones, el comercio…
No es cuestión de agarrar e irse dando un portazo, como un adolescente malcriado.
Si los catalanes desean irse, deben irse…, pero deben irse en forma civilizada: respetando las leyes.
Olivia González