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Como tengo 79 años, para renovar una tarjeta de crédito me exigen un “aval” que es casi imposible conseguir. Ante esta situación he enviado e-mail a Sedeco, donde me contestan, lavándose las manos, que debo contactar con el Banco Central del Paraguay. Considero que esa institución debería preocuparse por los problemas de los consumidores y NO TIRAR LA PELOTA A OTRO ARCO.
También he enviado e-mails al Banco Central sin recibir ninguna respuesta. Así, me encuentro yo y nos encontramos los “viejos” ante un problema que creo es fácil de solucionar si existe buena voluntad y que los poderes públicos se dediquen al pueblo y no solamente a cobrar grandes sueldos y olvidarse de nosotros.
Damián Perelló Faitini