Condenan a 6 y 5 años de cárcel a abogado y dos policías por proteger a jefe del PCC

Un abogado fue condenado hoy a 6 años de prisión, mientras que el exjefe de una comisaría de Asunción y su subalterno a 5 años de prisión, por dar protección al jefe del grupo criminal Primer Comando da Capital (PCC) Eduardo Aparecido de Almeida, alias Piska. Uno de los agentes cumplió incluso funciones de personal doméstico del criminal brasileño.

El abogado Jorge Darío Cristaldo (primero de la derecha), el suboficial Jorge Mendoza (de remera a rayas) y el Crio. Hugo Ayala (de camisa blanca) escuchan el fallo del Tribunal de Sentencia.
El abogado Jorge Darío Cristaldo (primero de la derecha), el suboficial Jorge Mendoza (de remera a rayas) y el Crio. Hugo Ayala (de camisa blanca) escuchan el fallo del Tribunal de Sentencia.Gustavo Machado

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El exjefe de la Comisaría 4ª de Asunción comisario principal Hugo Adalberto Ayala Quiñónez y su subalterno el suboficial Carlos Alfredo Mendoza fueron condenados a 5 años de prisión por los hechos de asociación criminal y frustración de la persecución y ejecución penal, por brindar protección y logística al jefe del PCC Eduardo Aparecido de Almeida, alias Piska, quien fue detenido en Asunción y posteriormente expulsado del país en julio de 2018.

Para el Tribunal de Sentencia presidido por la jueza María Fernanda García de Zúñiga e integrado por Juan Carlos Zárate Pastor y Cándida Fleitas, en el juicio oral la fiscala antidrogas Lorena Ledesma probó que Ayala Quiñónez utilizó su cargo para dar custodia al criminal brasileño dentro del territorio paraguayo y designó esta función a su subalterno el suboficial Carlos Alfredo Mendoza.

La presidenta del tribunal resaltó también que el jefe policial omitió informar a la Comandancia de la Policía Nacional sobre las reiteradas ausencias del agente a su cargo, ya que el mismo se encontraba realizando la custodia del buscado por la justicia brasileña.

Agregó que el entonces jefe de la Comisaría 4ª de la Capital tenía conocimiento de la identidad de Eduardo Aparecido Almeida y aún así realizó el hecho; mientras que el suboficial Mendoza sabía que la persona a la que él custodiaba tenía cinco mandatos de prisión en el Brasil.

“El suboficial no solo era el chofer y custodio de Piska, sino que se encargó de cambiar la suma de 167 millones de guaraníes que el brasileño tenía en dólares e incluso cumplía funciones de personal doméstico en la vivienda del buscado por la justicia brasileña”, resaltó la magistrada María Fernanda García de Zúñiga.

Utilizó su empresa para evadir control de Seprelad

En relación al abogado Jorge Darío Cristaldo, condenado a 6 años de prisión por asociación criminal y frustración de la persecución y ejecución penal, el Ministerio Público logró probar que fue el letrado quien realizó los trámites ante la Dirección Nacional de Migraciones para que el jefe del PCC adquiera su arraigo en Paraguay, y para el efecto utilizó documentos de contenido falso bajo el nombre de Fernando Ferreira Da Silva.

El ahora condenado también facilitó a Piska las compras de electrodomésticos, alquileres de viviendas y de vehículos de alta gama, utilizando su nombre personal o la de su firma de nombre Agroganadera Forestal S.A.

Sobre la condena impuesta, la más alta en esta causa, el Tribunal de Sentencia explicó que el grado de reproche de Cristaldo es más elevado, atendiendo que cuenta con dos títulos universitarios y es propietario de una empresa, por ende tenía una mejor estabilidad económica.

“El tribunal entendió que el abogado utilizó toda la envergadura de su empresa para evitar que las autoridades paraguayas puedan advertir la presencia de Piska en el país, como las operaciones superiores a los 10.000 dólares que realizó a través de la firma para evadir el control de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero (Seprelad)”, destacó la fiscala Lorena Ledesma.

Operó por 4 meses en Paraguay

Eduardo Aparecido Almeida era miembro activo del PCC, requerido por la República Federativa del Brasil por contar con cinco órdenes de detención pendientes. Para evitar la ejecución de estas órdenes utilizó una identidad falsa de nombre Fernando Ferreira Da Silva y en marzo de 2018 ingresó al Paraguay a fin de iniciar los trámites de arraigo.

Con ayuda de los hoy condenados el criminal brasileño logró arraigarse en Asunción y continuó con el tráfico de armas y sustancias estupefacientes, que anteriormente realizaba en la República Federativa del Brasil, hasta el mes de julio de 2018, cuando cayó detenido y fue expulsado del Paraguay.

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