Párroco de Itauguá no recibió inventario de las joyas de oro de la Virgen del Rosario y temen que hayan “desaparecido”

Luego de casi siete meses de asumir la administración de la parroquia de la ciudad de Itauguá, el presbítero Pedro Celestino Brítez, no ha recibo el inventario de las joyas de oro que debía entregar el saliente párroco Andrés Cardozo. El documento hasta ahora es esperado con ansias por los itaugüeños, porque allí se sabrá el paradero de las valiosísimas joyas que años atrás lucía la Virgen del Rosario en el día de su festividad. Las joyas son patrimonio de la comunidad y la jerarquía debe dar una explicación.

Procesión de la Virgen del Rosario cuando portaba todas sus joyas de oro.
Procesión de la Virgen del Rosario cuando portaba todas sus joyas de oro.abc color

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Nadie ha dado rastro de las joyas, y no ha aparecido ninguna autoridad eclesial que pueda responder acerca de su desaparición, que ya data de varios años. Los pobladores solo saben que fueron supuestamente “guardadas” en “cajas de seguridad” en un banco o que fueron llevadas a la Arquidiócesis de Asunción, para evitar que sean robadas. Sin embargo, el párroco debe ser informado con documentos si fue así.

El valor de las alhajas de oro donado en distintas épocas por los itaugueños es incalculable, por lo que la jerarquía tiene la gran responsabilidad de explicar que han pasado con ellas.

El conjunto de reliquias de oro del que no se tiene informe en la parroquia contempla: el cielo de estrella, la corona, anillos, rosario y bastón, que usaba la Virgen del Rosario, junto al niño Jesús en cuya cabeza era colocada una corona, y la preciada medalla que ganó Félix Fernández en el campo de batalla de la Guerra del Chaco, que era colocada en el centro de su pecho.

El sacerdote y párroco de la ciudad, Pedro Celestino Britez, dijo que desde la salida del ex párroco Andrés Cardozo no ha recibido el inventario, que por derecho canónico es lo que corresponde. Manifestó que el único relevamiento de datos fue hecho por funcionarios de la diócesis de la ciudad de San Lorenzo, y en la ocasión no fueron halladas las joyas. Con esto se deduce que habría “desaparecido”.

“No recibí ningún inventario”, dice el cura

Por derecho canónico estamos obligados a hacer un inventario para dejar en orden la casa que estamos dejando, para dar la bienvenido a la nueva autoridad. Eso no ocurrió en la parroquia de Itauguá. No recibí ningún inventario. La salida del sacerdote se dio en medio de mucha turbulencia”, afirmó el párroco de la ciudad de Itauguá.

Contó que hasta ahora no ha realizado ningún trámite al respecto, porque ha atendido otras prioridades, que urgían debido a la necesidad que encontró en la parroquia, y las comunidades que dependen de ella. Sin embargo, dejó en claro que no permitirá que su buen nombre sea ensuciado, ni será cómplice de nadie que haya utilizado las joyas para fines particulares. Mencionó que gestionará ante las instancias correspondientes y averiguará acerca de las joyas para dar nuevamente tranquilidad a los feligreses una vez que tenga alguna información al respecto.

La ciudad de Itauguá depende como parroquia de la diócesis de San Lorenzo, cuyo obispo es monseñor Joaquín Robledo.

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