Descalzos y sin pupitres

En la escuelita 20 de Julio, de la ciudad de Juan de Mena, en Cordillera, los niños van descalzos, no tienen pupitres y dos profesores -uno en forma voluntaria- se encargan de dar las clases. Recién ahora, la Gobernación prometió tres aulas de material.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/MN3HFIF3SJCFRB6TPJWAFAVOHU.jpg

Cargando...

A unos 130 kilómetros de Asunción, la educación paraguaya ofrece otro capítulo de vergüenza: en el asentamiento 20 de Julio -que es una extensión de la Colonia “Guido Almada”, en Cordillera- una pequeña construcción de madera, sin pisos ni ventilación, sirve de escuela para unos 50 niños de entre 5 y 12 años que acuden todos los días a las clases.

La escuela carece de todo, menos de la voluntad de los padres de los niños y del empeño que le ponen los dos profesores, Dolly Ruiz Oviedo y Nelson Escobar, que se encargan de atender todas las clases. Ruiz Oviedo es la única pagada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) que está designada en esta escuelita. “Nuestra situación es complicada. El 20 de Julio es un asentamiento relativamente nuevo en donde hay necesidad de agua, luz y muchos niños”, cuenta la docente en conversación con ABC Color.

En ese sentido, la historia del asentamiento 20 de Julio deriva, como en muchos otros casos, del problema de la titulación de tierras y la pelea entre los pobladores con el Indert y la Municipalidad local, entre otras instituciones. Leuterio González, de la Cooperadora Escolar de la escuelita, señala a su vez que después de un buen tiempo de idas y vueltas con las autoridades, el asentamiento finalmente fue confirmado como una extensión de la Colonia “Guido Almada”, por lo que el Indert se comprometió a transferir el título de la propiedad del predio a favor de las cerca de 200 familias que viven en el lugar.

La escuelita funciona desde hace dos años y primeramente estuvo a cargo Escobar, que, además de sus quehaceres diarios, se hizo de tiempo para enseñarles a los niños de la comunidad en forma voluntaria. El local fue construido por los padres de familia que viven en el asentamiento, ante la necesidad de contar con un lugar de instrucción y educación para los niños, pero son conscientes de que falta demasiado para que sea un lugar confortable para sus hijos. Escobar trabajó desde entonces, siendo el único maestro, haciéndose cargo de tres o cuatro grados. A partir de este año, el MEC nombró a la profesora Dolly para que tome clases en la escuelita y desde entonces empezaron a tener toda la Educación Primaria regular, desde el primer al sexto grado.

“Nos turnamos con el profesor Escobar para dar las clases y llevamos dos grados en una misma aula, para que podamos cubrir a todos”, explica Ruiz Oviedo. Dice que la realidad de los niños es muy difícil, ya que todos provienen de familias de escasos recursos económicos, pero que en la escuela tratan de darles todo lo posible. “Nosotros figuramos como una escuela extensiva de la escuela 17 de Diciembre de la Colonia Guido Almada, por lo que el almuerzo escolar de esa institución nos corresponde, pero todos los días tenemos que traer desde ahí la comida para nuestros niños”, indica la profesora.

Para Leuterio González, que tiene tres hijos que van a la escuelita 20 de Julio, la clave a pesar de la pobreza que se tiene en la zona son las ganas de que los niños estudien. “Acá no tenemos pupitres, no tenemos nada, apenas un techo y cuando llueve se nos complica todo porque no tenemos dónde guardar los cuadernos o las cosas de los profesores. Ahora mismo no tenemos baño, pero estamos trabajando para que haya algo mejor para los niños el año que viene”, dice González.

En ese sentido, mencionó que ya tienen la promesa de la Gobernación de Cordillera de que la misma se hará cargo de la construcción de tres aulas para la escuela, que pueda funcionar a pleno ya desde el próximo año. Según González, técnicos de la gobernación estuvieron estos días por el lugar revisando la situación de la escuela y aseguraron que ya se tiene el proyecto para la construcción de las aulas.

De los fondos de Fonacide, en la escuelita 20 de Julio nadie escuchó nada. La Municipalidad de Juan de Mena -cuyo intendente es Carlos Octavio Torres (PLRA)- recibió sólo este año unos G. 513 millones del Fonacide para inversión en educación, pero es evidente que de este monto nada se aportó para la escuelita 20 de Julio. “La intendencia nos prometió que nos iba a construir el baño, pero tenemos que esperar a ver qué pasa en las elecciones que se vienen”, dice la profe Dolly, resignada a esperar que la educación dependa de un resultado electoral.

Mientras tanto, cada mañana y tarde, los cerca de 50 niños van -muchos de ellos descalzos- y tratan de aprender en sillas sin pupitres, en maderas que se usan como escritorio, de dos profesoras que deben ingeniarse cada día para que el almuerzo escolar alcance a todos o para que, al menos, los estudiantes tengan ganas de volver al día siguiente, sin importar qué candidato gane en las elecciones.

abenitez@abc.com.py

Fotos: gentileza de Jorge Paredes

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...