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Se trata de Rafael Coronel Quiñónez, de 72 años, taxista de la parada ubicada sobre la calle Madame Lynch y Autopista. El conductor, según explicó a los intervinientes, recibió una llamada a la línea baja de la parada de una persona que se identificó como el comisario Cáceres, jefe de Seguridad de la Comisaría 10° Metropolitana.
El supuesto uniformado le pidió que se dirija hasta el Hotel Bourbon para recoger a dos policías que terminaban sus guardias en la zona. Además le pidió su número de celular, a fin de mantener contacto permanente con este.
Minutos después, Coronel llegó hasta la Avenida Sudamericana, frente al citado hotel, para alzar a sus pasajeros. Pasó una hora y los hombres no aparecían. Una nueva llamada del supuesto comisario Cáceres le indicó que hubo un cambio de planes, y que una persona del hotel le entregaría la suma de G. 500.000, siempre según relato del taxista.
Sin embargo, agentes de la Policía Nacional llegaron hasta él, pero para detenerlo y remitirlo hasta la Comisaría 3° en calidad de sospechoso de una llamada extorsiva.
Carlos Flores, jefe de Seguridad del Hotel Bourbon, había recibido constantes llamadas extorsivas, que le exigían la entrega de dinero a un taxista que lo esperaría frente al hotel esta tarde. El hombre alertó de esto a la Policía y se procedió a la espera del conductor, que fue detenido sobre la Avenida Sudamericana.
El taxista explicó que es la primera vez que le sucede esto en 31 años de trabajo, informó el corresponsal de ABC Color, Arnaldo Espínola. Dijo que la parecía que algo andaba mal cuando le pidieron que reciba el dinero, pero confió en la persona que decía ser comisario.
El conductor sigue demorado en la dependencia policial de Luque mientras continúan las averiguaciones. La Policía sospecha de que ambos fueron víctimas de reclusos que realizan llamadas extorsivas desde las cárceles.