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A un año de la liberación al tránsito, la trocha lado derecho del metrobus, frente al local de la UNA, aparecen ahuellamientos, ondulaciones y corrimientos progresivos. La carpeta asfáltica comenzó a ondularse de manera visible, produciéndose además de corrimientos de borde.
En este caso llama la atención que estos fenómenos ya se estén produciendo después del primer verano, dado que normalmente se espera que este efecto se produzca transcurridos 6 o 7 veranos, tiempo en que el porcentaje de vacío de la mezcla asfáltica se reduce mediante la compactación por el tránsito vehicular.
Por lo tanto, se presume que la aparición temprana de este tipo de deformaciones obedece a la falta de compactación de la subbase y/o densificación de terraplenes, combinado con una dosificación incorrecta de la mezcla asfáltica para la carpeta de rodamiento.
De ser así, en estos casos resulta llamativo que durante el proceso constructivo, los controles de calidad a cargo de la fiscalización, bajo la supervisión por parte de la superintendencia del MOPC, no haya detectado a tiempo el problema con los ensayos de campaña, y procedieron a aprobar los trabajos para su pago.
Por lo general en estos casos, es de esperar que con la circulación del tránsito pesado, las deformaciones, ahuellamiento y corrimientos en ambas calzadas asfálticas en corto tiempo se generalice, a lo largo de toda la ruta.
En este caso requerá correcciones en un futuro próximo para que los problemas no se agudicen, por ejemplo, mediante el agregado de mezcla asfáltica, previo retiro de las rebarbas (excesos de asfalto) para compensar las deformaciones y evitar accidentes.